La Agencia Estatal de Seguridad Aérea se encarga de la regulación de operaciones con drones de hasta 150 kg. Para drones por encima de este límite, se ha establecido una normativa a nivel europeo, y el organismo encargado de regular estas aeronaves es EASA (European Aviation Safety Agency).
El 4 de julio de 2014, el Consejo de Ministros dio luz verde al Real Decreto–ley 8/2014 que recogía el régimen temporal para los drones de peso inferior a los 150 kg al despegue. En el documento oficial quedan reflejadas las condiciones en las que se puede realizar trabajos técnicos y científicos, tales como la grabación aérea, fotografía aérea, reportajes aéreos, vigilancia y monitoreo y revisión de infraestructuras entre otros.
No obstante, la falta de un desarrollo reglamentario definitivo sitúa a los operadores en una situación de incertidumbre, sin tener en cuenta el crecimiento de un negocio que desde su aprobación en 2014 hasta ahora, ha aumentado de forma notable.
Lo cierto, es que nos encontramos en el punto en el que ya han pasado ya casi dos años desde que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) iniciara los trámites para establecer un marco jurídico en nuestro país donde poder operar de manera legal y segura y muchos son los que se han pronunciado sobre los cambios inminentes y la entrada de una nueva ley de drones para este año.
La realidad es que la futura aprobación de la Ley de Drones en España no tiene cambios excesivamente sustanciales, pero esperemos que sean los necesarios para propiciar nuevas oportunidades profesionales y de negocio. Los vuelos nocturnos, los vuelos en núcleos urbanos, los vuelos en espacio aéreo controlado, son algunos ejemplos.
A nivel europeo, EASA establece las normas de seguridad aérea comunes de los países de la Unión Europea, por lo que no es de extrañar que la mayoría de los países vecinos compartan muchos puntos de la normativa. Se vaticina que haya una armonización total que regula el uso de los drones en pocos años.
En definitiva, es pronto para evaluar. Un deseo: primar el interés por desarrollar todo el potencial de estos aparatos y no el miedo a los daños que puedan ocasionar.
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