BITCOIN: Su éxito o fracaso ¿dependerá de su regulación legal?

Una de las grandes cuestiones que ha suscitado Bitcoin es si puede ser considerada o no como dinero. Este debate es absolutamente trascendente puesto que si es considerado dinero, cae bajo un estricto régimen de regulaciones, pero si es meramente una forma intangible de propiedad, entonces se le aplicarán otro tipo de regulaciones más flexibles.

BITCOIN: Su éxito o fracaso ¿dependerá de su regulación legal?

 

La definición legal de dinero establece que ha de tener una “identidad nacional”. Por aquí la criptomoneda se salva, pues nunca ha sido utilizada como moneda nacional por ningún país (veremos que sucede en el futuro).
Una razón por la cual podría considerarse a Bitcoin como una forma de dinero es que existen mercados de intercambio, y por lo tanto en la práctica del intercambio mercantil los Bitcoins se tratan como dinero. Pero según su propia definición legal, los Bitcoin son una “reserva de valor” que no involucra un contrato, en base al cual uno puede en el futuro reclamar un valor. Esto es así por una razón que está en la esencia de esta criptomoneda: tener Bitcoins no implica una relación con un emisor.

Muchos autores apoyan que Bitcoin sea considerada como un commodity electrónico.  Siguiendo la definición legal que han establecido las autoridades económicas del Gobierno de los Estados Unidos (cuyo país está a la cabeza de la regulación legal de este activo financiero), los «commodities» financieros son activos subyacentes (o derivados), es decir, activos sobre opciones, futuros, etc. Esta perspectiva, aun en ciernes, es la que puede ganar más adeptos en el futuro por su asimilación a productos que ya operan en el mercado financiero.
Mientras sigue este debate sobre su consideración legal, Bitcoin sigue su expansión por todo el mundo, favorecida precisamente por esta falta de regulación. Por el momento, la regulación existente más relevante es la siguiente.

En septiembre de 2012 se creó la fundación Bitcoin Foundation, una organización sin ánimo de lucro para estandarizar, proteger y promover el Bitcoin y mantenerlo fiel a sus principios fundamentales: una economía que no dependa de la política, abierta e independiente.

A mediados de 2013, se empezó a definir en algunos países la situación legal del Bitcoin y de los agentes de cambio que se utilizan para intercambiarlo por otras monedas.

En los Estados Unidos, la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), que es una agencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, requiere que las casas de cambio que permiten el comercio de Bitcoines por monedas nacionales, cumplan las regulaciones contra el lavado de dinero. Esto implica registrar la información personal de sus clientes de la misma forma que lo hacen las instituciones financierastradicionales. Los usuarios de Bitcoin están fuera del alcance de la FinCEN, y no necesitan registrarse ni mantener contabilidad de sus actividades para esta agencia.

En Alemania, la inversión en Bitcoines tiene un trato similar al de otros activos como el oro. Su venta está libre de impuestos si se mantienen al menos durante un año. En caso contrario, se grava a un tipo fijo del 25%, con los primeros 600 euros exentos de tributación.

A nivel interno, desde el punto de vista de la operativa de Bitcoin, hay reglas que están ya establecidas y no se pueden cambiar, como el número máximo de Bitcoins que puede haber en circulación, que es de 21 millones, o el ritmo de creación de nuevos Bitcoins a través de un proceso llamado «minería«.

Como moneda, Bitcoin cumple con cuatro de las cinco reglas del dinero: es relativamente escaso, y su cantidad total no puede incrementarse mucho bruscamente; se puede atesorar; se puede transformar y es accesible con cierta facilidad; y la que incumple es la misma que falla en el caso del resto del dinero que utilizamos actualmente: no tiene valor en sí mismo. Sin embargo, aún le falta la característica esencial que permite llamar dinero a un bien: que se use como tal.

Bitcoin es un bien que está en proceso de convertirse en dinero. Aunque existen algunas empresas como WordPress o Virgin que aceptan el pago en Bitcoins, el mayor reto de la criptomoneda es superar el estigma de su opacidad y la asociación con negocios turbios.

En definitiva, podríamos concluir que, aunque no tenga su reconocimiento legal como tal, Bitcoin en la práctica funciona como una moneda, aunque sólo dentro del ámbito del comercio electrónico. Actualmente podemos cambiar nuestros euros por Bitcoins, usarlos para comprar algunas cosas, aunque sean pocas, y volver a cambiarlos en euros. Sin embargo, en términos legales Bitcoin es un bien que está en proceso de convertirse en dinero. Lo que a día de hoy no está tan claro es si eso será bueno o malo para su éxito.

(Foto: Pixabay)


Añadir Comentario