Acuerdo de confidencialidad: el poder de la información

Cuándo es recomendable un contrato de confidencialidad

El contrato o acuerdo de confidencialidad es aquel que se firma cuando se va a tratar un asunto que requiere prudencia y discreción. Con él se trata, generalmente, de evitar que las partes partícipes puedan utilizar la determinada información que pueda resultar especialmente sensible. 

Confidencialidad

Se pueden firmar entre dos empresas, entre los propios socios, entre una empresa y un socio inversor o con un socio industrial, etc. En cualquier caso, debe quedar claro quién es cada uno y a quién representa.

El acuerdo de confidencialidad sirve para ampliar las garantías para las empresas y también sirve para que el trabajador conozca y sea consciente de las responsabilidades que implica su puesto de trabajo.

Estructura del contrato de confidencialidad

El contrato de confidencialidad se puede estructurar de muchas formas y se pueden incluir todas las cláusulas que consideremos necesarias para garantizar la privacidad y la efectividad del contrato. Sin embargo existen partes fundamentales que es indispensable incluir, como son:

  • Partes afectadas: quiénes firmarán el contrato y compartirán la información, dejando claro el tipo de relación entre ellas.
  • Concepto y finalidad: qué información concreta se comparte y con qué fin.
  • Excepciones: qué es lo que no se considera información confidencial, así como aquellos casos en los que es posible romper la confidencialidad y cuándo se puede rescindir el contrato.
  • Sanciones: las responsabilidades o sanciones si se incumple el acuerdo, así como la jurisdicción a la que se someten las partes en caso de conflicto.
  • Plazo: tiempo durante el cual se debe mantener la confidencialidad.

Aspectos que cubre el contrato de confidencialidad

En términos generales puedes someter a confidencialidad cualquier tema que represente una ventaja competitiva o información sensible. Así, un acuerdo de confidencialidad principalmente cubre los siguientes aspectos:

  • Lealtad: el trabajador se compromete a no realizar, por cuenta propia o ajena, otras actividades que entren en competencia con las que lleva a cabo la empresa.
  • Protección de la información: el trabajador se compromete a no difundir la información y documentación que le facilite la empresa para realizar su trabajo.
  • No competencia: el trabajador se compromete a no trabajar para ningún competidor en un periodo determinado tras abandonar la empresa.

Contrato de confidencialidad

En un entorno empresarial tan competitivo como el vigente, la información se ha convertido en el activo más importante de toda empresa o institución. Las nuevas tecnologías, han hecho que se pueda manejar y rentabilizar mejor la información para el desarrollo de las empresas, pero también existe la necesidad de implementar políticas de uso de la información que protejan tanto  la propia como la información que se recibe de clientes y proveedores.

Es vital, en definitiva, proteger nuestras ideas, trabajos y proyectos frente al uso indebido que determinas personas que puedan llegar a hacer de los mismos.

 

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