jueves, abril 26, 2007

MI CARBONERO

Desde que llegó la primavera viene a mi ventana un pajarillo. Ahora mismo está conmigo al otro lado del cristal. Vivo en el campo y las ventanas enrejadas y grandes, me permiten recibir el impacto del paisaje y ver a cuantos comparten mis cosas. Un constante privilegio que me dejó mi madre para su recuerdo..
Ese pajarito se apoya en los hierros y picotea con furor, durante varios minutos, el cristal con un martilleo agresivo y monótono que a mí ya me suena a recordatorio de su puntualidad. . Esto viene haciéndolo todos los días repetidas veces y casi de sol a sol. Sus plumas de la capa se tiñen grises con dos rayas de luna blanca y se adorna con una cabecita de negropuro que le baja y desparrama por su pecho hasta formar una mancha definida sobre el blanco que cubre el resto de su cuerpecito hasta la cola. Mi amigo Ignacio, el ornitólogo, dice que es un “Carbonero”.
Al principio pensé que buscaba mosquitos que, imaginaba, se pegaban al cristal. Pero me mosqueó tanta constancia, tanto ir y venir, y tanto ruido, rompiendo mi silencio mientras leo o escribo. Empezó como una bonita sorpresa y ahora se está convirtiendo en sonoro repique y monótono compañero. Mi amigo me dice que es macho y tiene cerca el nido . Se vé a sí mismo en el cristal y ataca creyendo que “el otro” viene a perturbar su territorio, mientras la hembra coronada de marron clarito, está empollando en el nido..

Es curioso cómo la naturaleza imprime ese instinto de defensa de los padres hacia los hijos hasta llegar a una agresividad , que en ocasiones, puede acabar con ellos mismos con tal de salvar a la prole. Me horroriza que mi pajarillo llegue a romperse la nuca contra el cristal.
Supongo que, cuando los polluelos vuelen por su cuenta, mi carbonero desaparecerá tal vez para siempre. Su función paternal habrá terminado y, respetando las leyes naturales, la familia se disolverá definitivamente . Mas tarde fieles a su función vital, formarán nuevos nidos que florecerán al llegar la nueva primavera Dios sabe donde. El padre, mi pajarillo, no sabrá nunca que yo le esperaré, aunque pico y vidrio rompan mis silencios.

Los humanos, como seres vivos, seguimos la ley de la prole pero..., con la inteligencia añadida, nos engañamos como mi carbonero con el cristal. Creemos que nuestros hijos son nuestra mayor propiedad y, engañados por un deber que enmascara un afán de dominio, nos empeñamos en impedirles volar llevándose su independencia. Tal vez deberíamos parecernos más a los pájaros: evitaríamos roturas que asfixian el alma.

miércoles, abril 18, 2007

UN NUEVO AMIGO

Hoy me han regalado un tesoro... tengo un nuevo amigo.
Rafael, que así se llama mi nuevo amigo, ha pasado directamente la prueba de la amistad sin necesidad de conocernos y, a sus 96 años, ha irrumpido en mi vida pidiendo simplemente permiso para compartir mi compañía.
En su comentario a mi carta sobre Semana Santa, sigue el consejo del biznieto mayor, se mete en el ordenador y, sudando el sufrimiento que padecemos los viejos en la lucha con esta endiablada máquina, va y me regala sus comentarios. Y, además, contra la voluntad del chaval, que le aconseja el anonimato, me da su nombre como prueba de amistad..

La amistad es un valor indiscutible pero escaso, muy escaso.
Uno se pasa la vida conociendo gente, creyendo que algunos de esos conocidos van a ser amigos y al final nos damos cuenta de que no todos merecen esa credencial. El cedazo del tiempo y los acontecimientos, dejan en el fondo del garbillo pocas pepitas del oro de la amistad. Crecen las “amistades” pero no los amigos.
La fidelidad, la sintonía de ideas, la disposición incondicional, la aceptación de mutuos defectos, la sinceridad sin tapujos, la similitud en gustos y preferencias, el respeto a la diversidad, son ingredientes básicos para compartir el plato de la amistad necesariamente aderezado con lo más escaso: la lealtad..
En una de mis noches con paréntesis sin sueño, escuché en una emisora, que una señora adinerada había puesto en marcha un plan para poner a prueba a quienes, suponía, amigos de siempre. La estrategia consistía en simular apuros económicos para pedir a los supuestos amigos, todos bien situados, 3.000 Euros. Todos respondieron con largueza menos una amiga de la que se lamentaba la comunicante y a la que procedería a borrar de su lista para siempre..
Valorar la amistad por un préstamo es ignorar qué debemos esperar y pedir al amigo. Es triste que el hombre juzgue al prójimo por lo que tiene y no por lo que es; porque ¿acaso conocía la bromista las circunstancias reales (no aparentes) de la evasiva?. Respetar las decisiones del amigo es condición indispensable, aunque nos parezcan inadecuadas en el sofoco de una apresurada decepción.
Es curioso que el número de los que en su día pasaron de conocidos a amigos vaya descendiendo inadvertidamente, casi de puntillas, hasta el punto de que un día te das cuenta de que amigos, lo que se dice amigos, te quedan muy pocos; ¿ qué pasó?: simplemente que unos cumplieron su tiempo y desaparecieron y otros, la mayoría, pasaron a ser simples “amistades” pero no amigos. ¿Lejanía, tiempo?. Para mí que tienen mucho que ver las divergencias de perspectivas. El foco de las ideas cambia a medida que el tiempo transforma el escenario. Todos evolucionamos durante el paso por la vida: yo, también.
Sea cual fuere la causa, el resultado es que el oro de la amistad se ha oxidado.


Mi querido Rafael: intuyo que tenemos mucho en común y que va a ser un bálsamo nuestra amistad porque estoy seguro de que vamos a compartir felices nuestras experiencias.
Nunca me ha gustado que a los mayores se nos agrupe como a un colectivo más, con parámetros de edad. Entiendo que, a efectos administrativos, nos metan en una clasificación burocrática.
Pero no me encaja que los humanos con los que convivimos, con la mejor intención, nos discriminen y nos guarden en el armario de los trastos inútiles, como fuera de juego Y es que no se dan cuenta de que somos los mismos cada vez que cumplimos años. Si conservamos el don de la salud, las ganas de vivir, de conocer, de disfrutar los avances tecnológicos para seguir enriqueciendo nuestra mente; si nos gusta, en una palabra, vivir nuestro tiempo ¿ por
qué se nos considera fuera de su juego? Nuestra juventud mental nos da la ventaja de transmitir lo que sólo el tiempo produce: nuestra experiencia. Esa es nuestra ventaja, amigo Rafael; gracias a la modernidad, que también es nuestra, y, utilizando esta herramienta, este invento, que a los dos nos fascina, seguiremos dando fruto como lo dan las encinas centenarias.
Nuestro ordenador será nuestra mesa camilla y a ella invitamos a cuantos quieran participar.
¿ Que es difícil y mortificante? Lo sé y lo sufro. Pero supongo que para los dos, -y muchos más-, hacer clic con nuestras manos rugosas y que, a pesar de nuestra torpeza, se abra una ventana que nos permite ver el mundo, la ciencia, el arte o la historia es sencillamente un milagro; y si, además, nos atrevemos a escribir, estaremos demostrando al mundo que estamos vivos y que aun contamos..
No necesitamos viajar ni incordiar con nuestras limitaciones. El café esta siempre servido y la mesa camilla esperando.

Con mi promesa de ser amigos le envío mi más cordial abrazo: PEPE ORTS

Postdata: Digale a su biznieto que no se canse de escucharle. Nadie le dará a beber un agua más
limpia y más colmada de sabiduría...
¡Ah! y, de paso, hágale saber que le envidio por disfrutar de su compañía.

domingo, abril 08, 2007

UNA SEMANA SANTA ¿INCOHERENTE ?



Ayer, Viernes Santo, y siguiendo mi costumbre de treinta años, he escuchado, junto a mi silencio, la Pasión según S. Mateo de J. Sebastián Bach. Un año más, y sin más pretensión que la de dejarme llevar por los sentimientos personales, he vuelto a bucear en lo más profundo de mí mismo y, con el vértigo de mi espejo, me he encontrado con mis fantasmas que me han sumido en una reflexión personal sobre mi paso por este mundo, mi comportamiento con mis otros, y mis quehaceres como habitante de un planeta que no me es ajeno: en fin... cosas mías provocadas por ese milagro de cita con el espíritu que es la música.
Y es que, si uno quiere, se fabrica con muy poco una cueva de encuentro para la conciencia.
Y en ese revivir escenas del pasado, que ya se me hace muy largo, he recordado esta Semana en mi niñez: no se podía cantar, ni gritar; la radio enmudecía , los cines cerrados, espectáculos prohibidos por ley, y, si los dias eran grises y lluviosos, mejor. Divertirse, siquiera en el dormitorio conyugal: pecado mortal.
Sólo los sermones que incitaban al ”recogimiento” y que se divulgaban para ayudar a la meditación y al arrepentimiento, llenaban la escena . Radio Nacional retransmitía las Siete Palabras desde Valladolid con presencia puntual de los Mandos.
España entera era un ejemplo de fe. . Había que crear por encima de todo el clímax de devoción y respeto a lo sagrado para demostrar al mundo nuestro bastión de valores eternos. Se trataba de conseguir el ideal: convertir a los españoles enracimados y pasaportarlos al cielo.
Debe haber muchos que piensen que aquello sí era una Semana Santa "como Dios manda".

También estos días he escuchado por radio - cuando era joven participaba en la calle- las crónicas y las repeticiones del espectáculo y el jolgorio que la pasada noche ha satisfecho el protagonismo y la diversión de millones de españoles.
Vírgenes de cien nombres : bajo palio, sobre tronos o postradas; con miradas doloridas o con semblantes de muñecas adultas. Todas compiten como compiten sus acérrimos partidarios que una vez al año matarían por defenderlas. Cristos en la cena con manjares frescos del mercado, en oración, en la columna, arrastrando la cruz o clavados en ella, agonizantes, desprendidos y yacentes; cientos de atuendos; coronas, tronos rebosando flores, baldaquinos , palios que realzan vestimentas bordadas en oro y plata sobre telas negras, rojas, sienas, purpuras, cárdenas, magentas, blancas, esmeraldas, azules oscuros y celestes. Y miles de nazarenos, cofrades,costaleros, devotos o penitentes, a cara descubierta u ocultos; todos entusiastas bajo un arco iris de colores y de formas con las faldriqueras rebosantes de caramelos, dulces y regalos para sorprender y jugar a adivinar a los niños, las mozas, los amigos, las madres o los abuelos. Cierran la comitiva los soldados, armados, centurias de acerados muchachotes con una disciplina y un aire de film americano que disputan entre cofradías el honor de proclamarse los mejores de la fiesta. Cerrando el cortejo las bandas de música , que tambien compiten, con sus trompetas sus tubas sus tambores y timbales encogiendo el alma para amedrentar las calles y crear el clima de la tragedia que se representa, ” ¡ Todo un mundo de festejo candente de luz y de color!” como diría el cronista.
Nada que oponer, y así debe ser.
Me gusta que la gente se divierta porque la diversión ayuda y colabora a vivir con alegría lo que la misma vida conlleva de tragedia. Y cada uno se divierte con aquello que estima más estimulante para olvidarse de la realidad cotidiana. Y tambien reza quien quiere y cuando quiere
Según la Historia, el hombre ha celebrado desde sus orígenes los cambios de estaciones. Todas las razas, todos los pueblos lo hicieron, y lo hacen, ante las cámaras o ante las selvas. Y así será mientras el hombre exista.
Todas las religiones han querido aprovechar ese ancestral instinto, convertido en necesidad de pausa, para llevar el agua a su molino tratando de teñir con colores de trascendencia religiosa lo que sólo es eso: fiesta, diversión, y, aprovechando la renovación de la Primavera, expulsar a patadas los demonios que asfixian el alma.
¿ Por qué empecinarnos en mezclar churras con merinas?
Respetar la libertad de elección aun parece sueño imposible.
Nuestras procesiones son presididas, en lugar de excelencia, por sacerdotes u obispos acuñando
con su ” nihil obstat” la validez del espectáculo.
Yo quiero pensar que mas de un reverendo, en un rasgo de coherencia se preguntará para sus adentros:
¿ y que pinto yo aquí?.