miércoles, enero 17, 2007

NO TODO VALE EN DEMOCRACIA

Una de las grandes ventajas que conlleva la democracia es respetar por encima de todo
la libertad. Es el mayor tesoro que disfrutamos los ciudadanos y que nos premia con la independencia para pensar, opinar o actuar, siempre respetando la misma autonomía de que disfrutan los demás. A eso me acojo para permitirme opinar sobre temas políticos cuando no soy entendido, ni analista, ni sociólogo. Sólo lo hago como ciudadano o como persona que trata de explicarse a sí mismo los acontecimientos que le perturban la paz de su vejez..
Tampoco pertenezco a ningún partido. Esto supondría un voluntario recorte de mi libertad obligándome a ser fiel a lo que dictasen “instancias superiores”.
También es cierto que hay otras formas mucho más sibilinas de recortar las libertades: es el caso de quien manipula gravemente las mentes, la capacidad de discernimiento, que tienen las personas. Ya lo dije cuando hablé de los fundamentalismos en estas mismas cartas.

Hace ya casi veinte años fui a Cuba por motivos comerciales. Me llamó poderosamente la atención ver que en la factoría , que tuve que visitar dos jornadas completas, sonaban por los altavoces distribuidos por toda la empresa, uno tras otro y sin interrupción los discursos de Fidel. Era la ” música ambiental” que insistentemente trasmitía doctrina y mensajes que debían grabarse en la mente de los trabajadores.
He vuelto este año con motivo de un congreso y hablando con los cubanos, varias veces y en varios sitios, he podido comprobar que están más empobrecidos pero siguen contentos con su firmeza ante el mundo.
Quien invade con ideas propias las mentes sumisas llega a conseguir lealtades que nunca reaccionarán ante opciones distintas a los “principios “ recibidos y que incluso, desgraciadamente, generarán herencias de actitudes que permanecerán inalterables de generación en generación.
La táctica está en ir empequeñeciendo cada vez más la ventana para que el paisaje se reduzca a sólo la visión que le interesa a quien dicta esos principios a favor de quien dirige el cotarro para su propio beneficio.
Aunque parezca grotesco y fuera de estos tiempos sigue existiendo aquel afán histórico de manipular a la buena gente llenando sus cerebro hasta rebosar de principios intocables, dogmas indiscutibles, unidades históricas y herencias sacrosantas. En aquella época, pretendían modelar a su medida una sociedad dócil, sumisa y convencida de que eso era lo bueno, el café-café. Eran otros tiempos. Después, y gracias a la Transición y por arte de magia, toda aquella sociedad fue rebautizada con aguas de democracia. La cuadratura del circulo.

Si echamos la vista atrás y reflexionamos sobre nuestra época más reciente y analizamos la Transición, con la amplia perspectiva que da el tiempo, nos encontramos que España pasó con nota lo que a nosotros, los entonces ya adultos, nos parecía como un malabarismo imposible: pasar de la Dictadura al Estado Democrático. Y se pasó.

¿ Qué ocurrió en la realidad?. Pues que unos siguieron pensando y actuando en la pureza de los principios recibidos como intachables herederos y otros reavivaron o se lanzaron de corazón al nuevo camino de la democracia. Unos expresándose y actuando en libertad y otros, ya marcados irremediablemente, guardando en la recámara, con toda legitimidad, los intocables principios en los que nacieron, crecieron y se reprodujeron.

El partido conservador de este país está poniendo de manifiesto que está siendo el más puro continuador de la derecha histórica de España. Confesándose puntualmente demócratas, han sido sinceros y han abandonado el trocito de centro que tenían para abrir y mostrarse ahora como el paraíso deseado por tantos y tantos ciudadanos que con toda legitimidad mantienen en su corazón y su conducta los sagrados principios de la “música ambiental “con la partitura de “Una Grande y Libre ”. Nada que objetar por mi parte porque en la democracia cabemos todos los que admitimos sus reglas.
Pero sería una ceguera temeraria que los que vivimos aquellas épocas, felizmente olvidadas, no reconociéramos e identificásemos las formas, los modos y los procedimientos como heredados y procedentes de la más pura esencia de aquella época de principios intocables.

La descalificacion y burla al Jefe del Gobierno de todos los españoles, el acoso y derribo a cualquier precio y en cualquier momento, la predicción de rotura de unidades sagradas, la manipulación de la mentira, y el constante oráculo de catástrofes sociales y morales a mí me parecen una lucha sin cuartel para recuperar los “Valores Eternos” . Y ahí si que conviene dejar claro que no todo vale en democracia ¿qué quiere Ud. que le diga?