Soluciones a la brecha digital

La brecha digital es una cuestión pendiente. Es insistentemente señalada desde muchas voces y foros, pero con pocas soluciones operativas que permitan abordar en la práctica este importante problema.

Su previsible gran impacto empezará a medirse cuando las estadísticas nos cuantifiquen nuevas barreras y restricciones al desarrollo económico derivadas del «gap» cada vez más importante entre capas sociales y entre países. También se acentuará una vez que los factores de productividad y competitividad vayan asimilándose al potencial de la sociedad de la información, el conocimiento y las nuevas tecnologías. Quizás para entonces se haya convertido en un problema político de una envergadura muy notable. ¿Puede hacerse algo antes?

Futuro, sin compromisos

Es frecuente atender a declaraciones en los países de América Latina sobre el futuro digital con escasos compromisos a la hora de tratar el problema de fondo o ignorando el problema de la brecha existente actualmente. Paul Otellini, (Presidente y COO de Intel Corporation), lanzaba en un reciente viaje a Argentina un canto al futuro: “un mundo de cambios” donde la tecnología y una creciente disponibilidad de contenido digital están cambiando la forma en que la gente vive, trabaja y aprende en todo el planeta. “Lo que llamamos ‘transformación digital’ está pasando en los gobiernos, empresas y la educación, creando oportunidades y desafíos para el futuro de Argentina y su inserción en el mundo global”, “La expansión de Internet continúa y el ritmo de la tecnología no se desacelera”, son algunas de las citas de Otellini.

La educación y la brecha digital

La solución del problema no es fácil, dado el coste que puede conllevar una beligerancia eficaz contra la brecha digital. El marco educativo parece imprescindible a la hora de abordar este problema. A esto hay que sumarle las iniciativas de algunos gobiernos de condonar deuda por inversión educativa. Es una excelente línea para potenciar el desarrollo y abordar eficazmente el problema a un mismo tiempo.

Lo importante es que vayan apareciendo «buenas prácticas» y «casos de éxito» que animen a países acreedores y deudores a tomar iniciativas en la citada dirección.

La tecnología y la brecha digital

En muchos países desarrollados el auténtico cambio cultural llega con la disponibilidad de un ordenador portátil por parte del usuario. El acceso a una gran masa de información, su manejo y explotación en cualquier momento y lugar con unas herramientas cada vez más ajustadas y capaces marca un hito entre lo que se comprende y se acepta plenamente. Sería realmente la base para hablar de «igualdad de oportunidades» entre el mundo desarrollado y los países restantes.

De ahí, que de todas las propuestas de la tecnología actual, haya que prestar atención a la iniciativa del MIT Media Lab para desarrollar un laptop de 100 dólares, idea que fue anunciada por su director, Nicholas Negroponte, en el Foro Económico de Davos a principios de este año.

Portátiles a 100 dólares

El tema ha levantado tantas expectativas que ya es posible encontrar información bastante detallada en la web del MIT acerca de esta propuesta. Es muy recomendable una lectura atenta.

Se responden preguntas como ¿Qué es un ordenador portátil de 100 dólares? ¿Por qué un portátil? ¿Cómo es posible alcanzar un precio tan bajo? ¿Por qué es importante que cada niño acceda a un portátil? ¿Por qué no funcionan los centros de acceso comunitarios? ¿Y acerca de la conectividad? ¿Qué tiene un portátil de 1.000 dólares que no tenga uno de 100 dólares? ¿Cómo se comercializaría? … La lista es lo suficientemente atractiva como para visitar la web y conocer las respuestas.

Quizás sea importante señalar que se trata de una propuesta convincente y atractiva. De aquí se derivan otros pasos ¿Por qué no un portátil para universitarios a 200 dólares? Una iniciativa fácilmente financiable desde la perspectiva de la deuda, a través de las respuestas de la tecnología de los países avanzados. La Iniciativa del MIT bien merece sumar esfuerzos. Parece que es una propuesta abierta y que permitiría integrar otros inciativas de empresas, organismos internacionales y gobiernos.

El día que todos los niños y universitarios de países en vías de desarrollo dispongan de un portátil quizás el término «brecha digital» caiga en desuso.

Foto recogidoa en el MIT /LAB


2 Respuestas

  1. Pablo 18 años ago
  2. KarinT 17 años ago

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