El debate sobre la neutralidad en el acceso a Internet

El Presidente Obama apoya la neutralidad en Internet

El presidente de Estados Unidos Barack Obama ha pedido a la comisión de comunicaciones que apoye la neutralidad en la red, algo que ha provocado la indignación de las empresas de telecomunicaciones y de Internet por cable.

Según Obama, la igualdad en el acceso a la Red ha de ser un derecho para todos los ciudadanos norteamericanos. 

 

 

Neutralidad en la red. ¿Qué es?


Básicamente significa que cualquier persona pueda acceder a Internet bajo las mismas condiciones.

En Europa y en Estados Unidos, los defensores de la neutralidad en la red, entre los que ahora también se incluye el presidente Obama, desean regular el libre acceso a la red.  

 

Propuestas en Europa y los Estados Unidos sobre la neutralidad en la red

 
  • Europa. Los organismos reguladores de Bruselas quieren que la neutralidad en la red forme parte del paquete legislativo «un continente conectado», gracias al cual las tarifas de roaming también se verán reducidas. 
  • Estados Unidos. Por su parte, Obama pide a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que reclasifique el ancho de banda como un servicio público que garantice la igualdad en el acceso a Internet.  
 
Parece justo. Pero entonces, ¿por qué el sector de las comunicaciones está en contra de la propuesta?

¿Por qué el sector de las comunicaciones está en contra de la neutralidad de la red?

 
Las empresas de telecomunicaciones y de Internet por cable quiren cargar una tarifa extra a quien desee tener un servicio premium, lo que se conoce como «líneas rápidas» de Internet (esto lleva a un Internet a dos velocidades). Por ejemplo, los servicios de televisión por Internet pagan para que los programas tarden en cargar (buffering) y los proveedores de juegos de ordenador para que miles de personas puedan participar en batallas masivas a nivel mundial.   
 
Estas empresas lo comparan con lo que hace el sector aéreo: aunque todos lleguen al mismo destino, se paga más o menos en función de la clase en la que se viaje. Sin embargo, lo que hacen estas empresas es «ahogar» el servicio a quien no haya pagado por una actualización, es decir, «estrangulan» la tubería que suministra el servicio de Internet.

Skype es un ejemplo, o YouTube y la desesperación que crea en los usuarios el tiempo que tienen que esperar para poder empezar a ver un vídeo.  Hace poco, en una conferencia, Reef Hastings, director de Netflix, sostenía que «las líneas lentas de Internet» están perjudicando la economía digital.  

 

¿Se trata entonces de una estrategia comercialista por parte del sector de las comunicaciones?


Las empresas exponen algunas razones válidas, como por ejemplo, que tienen que ser prudentes en el control del tráfico dado el gran crecimiento en los servicios de datos, o que la oferta de servicios innovadores requiere ciertos niveles de calidad, como ocurre con la telemedicina o la educación online.
Sin embargo, otro de sus argumentos se basa en la necesidad de obtener más ingresos de los servicios premium para poder invertir en las redes de nueva generación.  Lo que no parece ser del todo cierto ya que algunas compañías afirman obtener fondos suficientes por parte de los clientes de banda ancha. 
 

¿Están de acuerdo con esto los partidarios de la neutralidad en la Red?


Parece que las propuestas europeas pueden llegar a solucionar este tipo de lagunas, pero esa supuesta necesidad de un servicio de «primera clase» es algo que rechazan rotundamente los que defienden la neutralidad en la red, entre ellos Obama, quienes sostienen que Internet es un servicio público al que todo el mundo debería acceder en igualdad de condiciones.

Esto suscita todo tipo de preguntas, como por ejemplo, si la igualdad en el acceso a Internet es realmente equiparable a, digamos, el agua o la electricidad. Y es que en el mundo occidental la mayoría de personas dependen de Internet (en casas y en teléfonos móviles) tanto como puede depender de dichos servicios.

 

¿Qué va a ocurrir ahora?


Las empresas de telecomunicaciones y de Internet por cable rechazan rotundamente cualquier ley que regule la neutralidad en la red, generándose así un debate que podría resultar en años de disputas legales.

Aún habiendo perdido ya dos juicios sobre la neutralidad en la Red, lo último en Estados Unidos es que la Comisión Federal de Comunicaciones ha permitido que los proveedores de Internet cobren a los usuarios por tener una mayor velocidad en servicios como YouTube, bajo lo que ellos llaman términos «comercialmente razonables».

No obstante, la Comisión Federal va a tener en cuenta la petición del presidente Obama. En Europa, las empresas de telecomunicaciones perderán claramente la batalla si las propuestas siguen adelante. 

 

Fuente: http://www.ft.com/intl/cms/s/2/4e6ce262-6992-11e4-8f4f-00144feabdc0.html?segid=0100320#axzz3IlrqVxbQ

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