Las nanopartículas muestran resultados prometedores en la reducción de los efectos colaterales de la radiación.
Con la ayuda de diminutos y transparentes embriones de pez cebra, investigadores del Kimmel Cancer Center de la Universidad Thomas Jefferson y el Jefferson Medical College esperan probar que una nanopartícula microscópica puede constituir una “nueva clase de agentes radioprotectores” que ayudan a proteger el tejido normal de los daños producidos por la radiación y fármacos estándar.
El 7 de noviembre de 2006 en el congreso anual de la American Society for Therapeutic Radiology and Oncology celebrado en Philadelphia, mostraron que la nanopartícula DF-1 –una estructura basada en el carbono, hueca y con forma de balón de fútbol, conocida como fullereno– es tan buena como otros dos fármacos antioxidantes y el fármaco Amifostina (aprobado por la FDA) para evitar los daños de la radiación en tejidos normales.
Los científicos compararon la DF-1 con otros dos miméticos de la superoxido-dismutasa (SOD), conocidos fármacos antioxidantes. Expusieron los embriones de pez cebra a la radiación con DF-1, SOD o Amifostina. Los tres redujeron considerablemente los daños de la radiación e incrementaron la supervivencia total, y su protección fue comparable a la proporcionada por la Amifostina.
Fuente: Science Daily
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