Vacuna contra cáncer de pecho

Una destacada experta en cáncer señaló recientemente que se sabe lo suficiente sobre las causas del cáncer de mama como para desarrollar una vacuna o fármaco profiláctico.

La Prof. Valerie Beral de la Universidad de Oxford, que dirige el estudio “Million Women’s Study” sobre las causas de la enfermedad, afirmó para The Guardian que el estudio ha confirmado lo que hace tiempo que se intuía: que muchos cánceres de mama se originan por la ausencia de cambios hormonales relacionados con el parto.

Beral desafió a la comunidad científica a volcar sus esfuerzos en prevenir el cáncer de mama. Según ella, mientras se ponen todos los esfuerzos y todo el dinero en la búsqueda de mejores fármacos, casi nadie trabaja en la prevención.

Beral añadió que, aunque el número de muertes a causa de esta enfermedad se ha reducido gracias a los nuevos fármacos y diagnósticos más tempranos, el número de mujeres que desarrollan la enfermedad y, por tanto, deben pasar por las traumáticas opciones de la cirugía y la quimioterapia está aumentando.

Los genes influyen únicamente en un pequeño número de cánceres. Los procesos de dar a luz y amamantar a un niño protegían a las mujeres del cáncer de mama más que cualquier otra cosa. Cuantos más niños tenía una mujer y cuanto más duraba el período de amamantamiento, menos riesgo tenía de contraer posteriormente un cáncer de mama. Las mujeres de los países desarrollados en los que lo habitual son las familias reducidas tienen 6 veces más riesgo de padecer cáncer de mama que las de las zonas rurales de Asia, con familias numerosas.

Por supuesto, Beral no cree que haya que volver a una época en la que las mujeres tenían un sin fin de hijos y se pasaban dos años o más amamantándolos, » pero ¿por qué no pensamos en imitar los efectos del parto?», señala. «No sabemos cómo se produce y nadie esta investigando sobre ello. Deberíamos estar observando la producción de hormonas que tiene lugar durante el final del embarazo y el período de lactancia».

Beral, directora del departamento de epidemiología del cáncer de la Universidad de Oxford preguntó en el congreso anual del National Cancer Research Institute por qué nadie estaba siguiendo la línea de investigación de la prevención del cáncer de mama que podría llevar al desarrollo de una vacuna como la del cáncer cervical, que ya se ha empezado a administrar a niñas de 12 y 13 años en programas escolares.

Fuente: The Guardian


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