ARPA-E está financiando varios proyectos que utilizan electrodos de baterías líquidos para reducir los costes y aumentar la densidad de energía.
Un nuevo tipo de batería almacena la energía en lo que los investigadores llaman «combustible recargable»; electrodos en estado líquido. El resultado es que la batería se puede recargar como una batería convencional o bien introduciendo nuevo combustible, como la gasolina.
Según los investigadores que están desarrollando la tecnología en el Laboratorio Nacional Argonne y el Instituto de Tecnología de Illinois, teóricamente, los materiales podrían permitir a un coche eléctrico recorrer unos 805 km con una sola carga, una distancia cinco veces mayor que la que pueden recorrer la mayoría de los vehículos eléctricos hoy en día. Reemplazarlos en una gasolinera llevaría sólo unos minutos. Por el contrario, incluso las estaciones de carga más rápidas para las baterías convencionales tardan una hora en proporcionar una carga completa.
El alcance limitado de recorrido y los largos tiempos de recarga son dos de los mayores retos de los coches eléctricos. Los electrodos de batería líquidos podrían permitir un alcance mayor, al aumentar la cantidad de energía que pueden almacenar las baterías y, dado que necesitan menos componentes de almacenamiento no energético, también podrían ser más baratos.
Las baterías que utilizan electrodos líquidos también podrían ser más seguras que las convencionales, dice Ping Liu, director del programa de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados para la Energía, que financia la obra. Los materiales de los electrodos positivos y negativos se almacenarían en tanques separados, en lugar de encontrarse en el interior de la misma célula de batería, como sucede en las convencionales. Esto podría evitar los cortocircuitos y el sobrecalentamiento que pueden hacer que las baterías de iones de litio se incendien.
