La amniocentesis y la muestra de vellosidades coriales son las pruebas estándar para la detección de anomalías genéticas, como el síndrome de Down, en los fetos, pero dado que ambos procedimientos son invasivos y pueden provocar un aborto, normalmente su uso se aconseja únicamente en mujeres con claros factores de riesgo. Ahora, según un artículo publicado esta semana en Technology Review, nuevos tests sugieren que, en un futuro próximo, se podrían detectar estas anomalías con un simple análisis de sangre de la madre.
Aunque la placenta separa el sistema circulatorio del feto del de la madre, se puede encontrar una minúscula cantidad de ácidos nucleicos y células fetales circulando libremente por el torrente sanguíneo de la madre. Durante décadas, los investigadores han buscado el modo de aislar y caracterizar estas posibles pistas sobre el estado genético del feto.
Es relativamente sencillo purificar los trozos de ADN y ARN en circulación y analizar sus secuencias, pero distinguir los ácido nucleicos fetales de los de la madre continúa siendo un reto, especialmente en el caso del síndrome de Down, que se define por una copia extra del cromosoma 21; es complicado calcular cuántas copias tiene el feto sin la célula fetal intacta.
Para resolver esto, Dennis Lo, profesor de medicina y patología química de la Universidad de Hong Kong, aprovecha los SNP o polimorfismos mononucleótidos (habituales variaciones en letras individuales de un gen dado). Un feto normal con dos copias del cromosoma 21 podría tener dos expresiones diferentes de un gen concreto de dicho cromosoma, en una proporción 1:1; un feto con síndrome de Down tendría una copia extra de una versión, dando lugar a una proporción 2:1. Analizando las proporciones de ARN producidos por genes con SNP, los investigadores pueden contabilizar indirectamente las copias del cromosoma 21 del feto. Cuantos más SNP se incluyan en el análisis, más precisos serán los resultados. Sequenom, una empresa de diagnóstico molecular de San Diego, está trabajando actualmente para adaptar el trabajo de Lo a un ensayo clínico para el síndrome de Down.
Otros trastornos genéticos, como el síndrome de incompatibilidad de Rh, son más susceptibles a un análisis de los ácidos nucleicos fetales presentes en el torrente sanguíneo de la madre. Tradicionalmente, se trataba a todas las madres Rh negativo (a menos que el padre también fuese Rh negativo), a pesar de que tan solo una parte muy pequeña de ellas portaba un bebé Rh positivo. En este caso, se trata de escanear el torrente sanguíneo de la madre en busca del gen que codifica el Rh o su ARN correspondiente para determinar si será necesario de un tratamiento preventivo.
Durante años, se han utilizado en Europa pruebas de Rh basadas en este enfoque, pero la primera versión estadounidense, desarrollada por Lo junto con Sequenom e implementada por el laboratorio Lenetix Medical Screening Laboratory, acaba de salir al mercado en diciembre.
Según Diana Bianchi, profesora de pediatría, obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts, la prueba de Rh de Sequenom es muy prometedora, pero no perfecta. «Será interesante ver si los obstetras en EEUU están dispuestos a corres el riesgo de un falso negativo», añadió.
Otra tecnología similar, desarrollada por Biocept, en San Diego, también ha sido validada clínicamente y saldrá al mercado a comienzos de mayo. Esta tecnología amplía el enfoque de Sequenom, escaneando en busca de un número mayor de SNP que distinguen entre el ADN del feto y el de la madre. De ese modo, un resultado negativo se puede atribuir con seguridad a un feto Rh negativo en lugar de a un fallo en la detección del gen que codifica el Rh.
Un enfoque complementario a la prueba prenatal no invasiva consiste en aislar células fetales, en vez de ácidos nucleicos, del torrente sanguíneo de la madre. Esta estrategia es especialmente apropiada para pruebas de síndrome de Down y otros defectos relacionados con el número de copias de los cromosomas. Biocept iniciará el próximo mes su evaluación de este test para el síndrome de Down, que podría salir al mercado antes de que acabe el 2008.
Otra compañía que está trabajando en un enfoque basado en células fetales para el desarrollo de una prueba prenatal no invasiva es Ikonisys, de New Haven (Connecticut). En lugar de separar físicamente los glóbulos rojos nucleados de otros tipos de células, Ikonisys emplea un enfoque informatizado. La compañía planea sacar al mercado su test de Síndrome de Down a finales del 2008.
Fuente: Technology Review