LA POLÍTICA Y SUS MODOS

Desde hace tiempo se habla de la necesidad de producir una reforma política, una transformación o una renovación. Las tres acepciones encierran el propósito de que, al llevarlas a cabo, sea para mejorar la situación existente.

Por supuesto que cuando se habla así es con referencia al ejercicio de la política, de su actividad y sobre las consecuencias. Es necesario recordarlo para poder afirmar que nada ha ocurrido y menos para bien.

Muy por el contrario han aparecido algunas nuevas modalidades y se han consolidado o perfeccionado otras que ya venían en progresión hacia lo peor.

Si bien se podrían señalar algunas más por ahora quisiera referirme a tres muy notorias y preocupantes.

IDEAS POR INTERESES

Uno de los aspectos más nobles y emocionantes de la actividad política es la posibilidad de expresar, defender y confrontar ideas y propósitos. Tener una posición sobre los problemas del país y tratar de conseguir los posicionamientos necesarios para concretar las soluciones es una actividad apasionante.

En el panorama actual las cosas han cambiado. Las alianzas, las uniones o los acuerdos se basan en intereses y las ideas quedan de lado.

Gobernadores, legisladores, intendentes y los que aspiran a serlo ejercen la especulación política, que nada tendría de malo en el sano afán de conseguir el poder, sin importar lo que se piensa o se postula. Valen sólo los intereses.

Por ello ha surgido esa nueva categoría para el ejercicio de las convicciones que se llama “caja”.

Éstas se han convertido en la plataforma política propicia para las más absolutas adhesiones y con capacidad como para disuadir a los confundidos si los hay y hasta a los más fundamentalistas.

La disciplina legislativa que lleva a votar en pleno verano el acuerdo por la inmoral deuda del concesionario de los aeropuertos como la digitación de candidatos o el desistimiento de algunos hace suponer, por lo antes dicho, que dudosamente respondan a convicciones muy profundas.
Los intereses siempre han existido en el ámbito de la negociación política pero no con estas características de desfachatez y sumisión que llevan al establecimiento de un estilo en el que las conciencias parecen estar siempre en oferta.

IDEAS Y CAPACIDADES POR ENCUESTAS

La segunda de las visiones novedosas que brinda la fenomenología política es la referida a las encuestas o a las “mediciones” como se las ha dado en llamar.

Ya no importan la capacidad o las ideas de alguien para ocupar el cargo al que aspira si no como “mide”. Es decir si los trabajos de las consultoras y sus resultados lo hacen digno y merecedor de tales intenciones.

Desde la misma presidencia se viene jugando al misterio a través de las alternativas del “conyugalismo”, esa vieja impronta que caracteriza al peronismo desde su origen.

La oposición no lo es menos. Da lo mismo ser candidato a presidente, gobernador, intendente o diputado, según como “mida” y a partir de allí viene la repartija.

Entre los cargos mencionados existen profundas diferencias en lo que hace a las exigencias para ocuparlos. Tanto en referencia a las ideas en las que cada candidato fundamenta sus aspiraciones como en las aptitudes para serlo.

Pero esto parece no ser importante en la Argentina política de hoy y por ello es que resulta difícil encontrar mensajes con propuestas, con ideas, con estrategias o con métodos. Sólo ambigüedades, ligerezas y descalificaciones personales en la mediática carrera por sumar un puntito más en las mediciones.

En todos los países existen encuestas y hasta donde conozco las argentinas son muy eficaces, pero lo son a partir de una decisión para postularse para un cargo determinado y no recuerdo haber visto como aquí y ahora para jugar a cualquier cosa.

Nik, el talentosos humorista gráfico, sintetizó esto de un modo gracioso y significativo.
El actual Vicepresidente de la Nación aspiraba a ser candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pero las encuestas que maneja el Presidente lo han llevado a postularlo como candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y por ello este humorista decía que daba lo mismo ya que los discursos que pronuncia sirven “tanto para cualquiera de esos cargos como para un cumpleaños de quince o para una despedida de soltero”.

MANIPULACIÓN ORGANIZADA DE LA POBREZA

Hay alguna detestable tradición política que se ha caracterizado por la manipulación de los necesitados. A través de la demagogia, la dádiva y las concesiones se han comprometido conciencias y se han quebrado voluntades.

Pero desde hace un tiempo esto ha ido, como dije anteriormente, progresando hacia lo peor. Ahora hay toda una organización montada desde el mismo aparato oficial que a través de punteros, caudillos o promotores políticos manejan importantes recursos en la tarea de atender a los carecientes, empezando por satisfacer sus propias necesidades.

Estas actividades engalanadas con los engañosos títulos de “planes sociales” se han convertido en aceitados mecanismos de acción política tanto para lograr votos como para volcar multitudes en actos que les son ajenos y para gritar a favor de causas que seguramente les son contrarias a sus propios intereses y necesidades.

Toda esta organización, perfeccionada a partir de los planes sociales con distinto nombre, ha llevado a una sistematización en el manejo de los necesitados y se ha construido una red en la que complacientemente medran una ristra de corruptos y degenerados sociales que viven al cobijo de los favores oficiales y de quienes los utilizan con distintos fines. Había que ver a los pobres manoseados que eran llevados a gritar en favor de Irán…

Este gobierno con una difícil de entender defensa de los derechos humanos de la que hace gala es responsable de esta tremenda violación.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos no contempla estos casos con la especificidad con la que pretendo describirlos, pero todo su texto tiene una línea inspiradora que es el respeto por la dignidad humana.

Precisamente lo que se está violando es esa dignidad, última reserva del ser humano aunque padezca carencia de bienes materiales y culturales. Es la que se le está lesionando mediante el manejo discrecional y condicionado de la ayuda.

La actitud miserable de estos agentes de la corrupción es la que, más allá del discurso, hace buenos negocios políticos y sabe que el mantenimiento de la pobreza es un campo que rinde frutos.

Es difícil imaginar una mayor crueldad que la de quien se burla de la mano tendida del necesitado para utilizarla con fines políticos pero tal vez sea peor la de quienes respaldan, nutren y se sirven de estos procedimientos para llegar o mantenerse en los cargos gubernamentales que ocupan.

Teresa de Calcuta decía: “dar hasta que duela”. Me gustaría saber como la han interpretado estos indignos manipuladores sobre a quien tiene que dolerle.

Luis Antonio Barry
Buenos Aires, febrero de 2007.