ELECCIONES ARGENTINAS Y OTROS DATOS

Los amantes de la democracia formal muchas veces creen que votando se solucionan todos o muchos problemas. Eso no es cierto pero si lo es que generalmente se abre una puerta hacia la esperanza.

En el caso de la Argentina tampoco se puede suponer esto último porque sólo es un cambio de figura con los mismos contenidos e iguales esencias. Como que es la otra parte de un co-gobierno que viene a sustituir a la primera.

Por ello es que las cuestiones pendientes tienen el riesgo de no resolverse o de agravarse en las mismas manos.

Cuidado con las apariencias y el juego teatral de las dos carátulas porque el libreto es el mismo.

Se advierte que no me conforma el resultado electoral pero jamás caería en el error de cuestionar la voluntad popular. Aunque conozca las dificultades que tiene para expresarse libremente en muchos casos cuando se ve viciada por presiones, manipulaciones, coerciones, corrupción, maniobras, compras y otros condicionamientos que ya son tradicionales en nuestro electoralismo vernáculo a través del dominio populista, principalmente.

Lo que caben son interpretaciones de esos resultados y en tal caso entiendo y comprendo las razones generales que han animado a esa expresión mayoritaria.

Elecciones argentinas: interpretación de resultados

El pueblo argentino viene padeciendo crisis cíclicas que lo han golpeado fuertemente.

Por sólo enumerar algunas podemos hablar del “rodrigazo”; de los efectos de la plata dulce; de los vaivenes del dólar; de la hiperinflación; del plan austral; de los bonex; de la convertibilidad; del blindaje; del corralito; del corralón y de muchos otros episodios que han agrietado la confianza, alterado las posibilidades de previsión y pulverizado los ahorros de muchos.

Es razonable entonces que en tanto algunas de las variables típicas de las crisis se mantengan con alguna estabilidad es que se prefiera la situación existente, dejando para otro momento las demás preocupaciones que pretendo señalar como pendientes de ser corregidas o abordadas.

También puede ocurrir, como en otros casos, que al alterarse alguna de aquellas variables todo entre en crisis y la demanda se amplíe, se generalice y coincida con muchas de las situaciones que quiero señalar.

No ha importado si la favorable situación del comercio internacional ha sido una especie de suerte para el gobierno. Si la oposición se ha fragmentado y no ha sabido elaborar su planteo electoral y así otras cosas más son las que se han dejado de lado en homenaje a una evolución del costo de vida razonable aunque se hayan adulterado los datos, un sostén permanente del valor del dólar para favorecer exportaciones y otras cuestiones más que son las más sintomáticas de las crisis ya vividas.

Entonces es evidente que se han cerrado los ojos en favor de estas prioridades mínimas y se han postergado las exigencias para la solución de otras cuestiones.

No significa esto que quiera adscribir la voluntad de los argentinos a un simplismo expresado en la famosa frase de Clinton “es la economía, estúpido”.

Sin embargo y con todo el respeto, como dije, a lo que es la expresión electoral quisiera señalar algunos aspectos que quedan pendientes, otros que hay que abordar y, fundamentalmente, señalar los errores que el gobierno que cambia sin cambiar ha cometido y que dejan lamentables consecuencias. Además con la fortuna de que a diferencia de todas las situaciones anteriores el gobierno que viene no hablará de la terrible herencia recibida.

Ante ello me permito hacer una enumeración lo más general posible según las áreas de competencia.

– Se ha tolerado sin abordar con esmero y seriedad el problema de la mayor inseguridad de todos los tiempos donde el valor vida está depreciado y expuesto a cualquier riesgo.

– Se han batido todos los records en materia de accidentes de tránsito sin que se hayan ni siquiera imaginado medidas de atenuación.

– Se ha incumplido con la promesa de concretar una reforma política, manteniendo los mismos vicios de siempre y a los cuales el gobierno se ha encargado de vigorizar para ponerlos a su servicio electoral y propagandístico.

– Como nunca en la historia del país se ha afectado la libertad de tránsito o de circulación mediante la falta de medidas contra los cortes de calles, rutas y puentes como nuevo modo de protesta.

– La política exterior se ha caracterizado por el aislamiento a través de actitudes prepotentes que sólo han servido para ahuyentar las inversiones y aumentar la desconfianza internacional.

– La integración internacional se ha ideologizado y ridiculizado con alianzas menores que sólo cuentan a Chávez, Castro, Evo Morales y alguno de los que participan en las migajas de este festival de petrodólares que se adorna a través de consignas bolivarianas.

Se carece de estrategias para la inserción en el mundo globalizado con sus complejidades y su competitividad y sólo se mira en el corto plazo del día a día.

– Se ha transmitido al mundo una imagen de irrespetuosidad egolátrica con confusos mensajes en los que las ideologizaciones se adoptan por conveniencia y las desgracias nacionales de otrora se las explota al solo fin publicitario.

– Se mantienen conflictos en un estado de bamboleo permanente como el de las papeleras con Uruguay, sólo para trasladarlo en el tiempo y agotar la voluntad de los que en Gualeguaychú y otras ciudades llevan adelante valiosas consignas.

– La actuación en los organismos internacionales ha sido con actitudes despectivas,. Siempre para plantear disidencias sobre cuestiones que están fuera de los grandes intereses regionales o planetarios. Así el Mercosur ha merecido un destrato a contrapelo de las tendencias que promueven las asociaciones regionales como una manera eficaz de reforzar las actividades nacionales. Se ha preferido el conflicto antes que la armonía.

– Se carece de una política laboral que asegure la libertad sindical y nada se ha hecho al respecto como no sea entretener a las asociaciones minoritarias con promesas, a pesar de los pronunciamientos de la misma OIT al respecto.

– El gremialismo, como en otras y tantas veces, se ha dejado domesticar mediante los aportes extraordinarios a las obras sociales, verdadera caja de recursos para satisfacer ansiedades personales. Hasta los subsidios destinados a la capacitación en el gremio de camioneros del cual sólo han hecho pantomimas sin rendición de cuentas es una forma eficaz de lograr adhesiones. También podrían serlo las impunidades por el manejo desprolijo y malverso de créditos de organismos internacionales destinados al desarrollo de las actividades gremiales.

– Las políticas de salud se han caracterizado por las espectacularidades sin llegar a solucionar los graves problemas de los hospitales públicos que es el lugar al que concurre la gente más necesitada. Todo el manos de un Ministro más gustoso de los catering y los brindis que encontró más `publicidad en el reparto de preservativos que en dotar de medicamentos a los hospitales.

– En materia educativa se han hecho buenos intentos que no han pasado de allí. Se ha invertido mucho tiempo en revisar leyes innecesariamente y sólo por una cuestión política de las cuales la educación debería estar ajena. No se ha cumplido cabalmente con las intenciones de llegar a la modesta pretensión 180 días de clase y, lo que es peor, en las provincias donde la merma ha sido significativa se siguen eludiendo los mecanismos de compensación para no lesionar el maridazgo con los agradecidos gremios del sector. El crecimiento financiero tan publicitado no se ha visto traducido en logros y se advierte que sólo servirá para consolidar las inequidades del sistema y sus despilfarros.

– Una de las áreas con mayores falencias es la cultural. No se puede criticar nada porque nada se ha hecho. Pero no es casual. Este gobierno ha hecho gala de la chabacanería, del desparpajo, de los malos modales y de otras facetas contraculturales y ha influenciado con ello a todo el cuerpo social. El destrato entre los argentinos y la bajeza lingüística y visual en los medios de comunicación no es más que un reflejo de las actitudes oficiales que se certifica con la mirada para otro lado de los organismos de control. Lo del área de cultura es alarmante, con teatros cerrados por mucho tiempo. Sin actividades de ningún orden, ni siquiera irrelevantes. En momentos en que estamos asistiendo a una fenomenal multiculturalidad dentro de las cual hay que mantener los rasgos idiosincráticos parecería que los responsables de sector ni se han enterado.

– La justicia espera una reforma que garantice su independencia. Si bien la nueva integración de la Corte Suprema puede brindar algunas garantías nada se ha hecho con la justicia federal siempre dispuesta a su complacencia con el poder de turno. Ya sea con oportunismos de alto rendimiento publicitario, con postergaciones hasta agotar la memoria o con encajonamiento de causas en espera de oportunidades políticas fructíferas. No sólo nada se ha hecho a favor de la independencia del poder judicial sino que se ha agravado el marco de relación a través de la reforma en el Consejo de la Magistratura. Este organismo en su actual composición será el encargado de alcanzar la docilidad de los jueces ya que se encuentra al servicio de los intereses del poder político. Tampoco da para crear esperanzas ya que la futura Presidenta ha sido la promotora y defensora de dicha reforma.

– La acción social se ha orientado a consolidar la estructura clientelista. Una estructuración cada vez más perfeccionada hace que a través de punteros políticos, gobernantes adictos por condición y otras figuras singulares disfrazadas de agentes sociales cada vez más ven en un pobre o en un necesitado una mercancía electoral de fácil utilización para sus fines. La pobreza se mantiene intacta porque es buen negocio político y por ello no hay políticas amplias y eficaces como para remover las verdaderas causas y se apela al subsidio que calma, no cura y quita dignidad.

– La economía seguirá próspera mientras los comodities tengan buena demanda internacional, pero mal nos irá en algún momento si no recordamos la lección de cuando éramos el “granero del mundo” y nos jactábamos de ello hasta que los términos del intercambio se alteraron y nos quedamos sin buenos precios para nuestros productos y con otros muy altos para nuestras importaciones. Más allá de las inentendibles agresiones oficiales a los productores y a algunos empresarios el país necesita una política a largo plazo que, posibilitada por las buenas condiciones coyunturales, brinde las condiciones para un desarrollo armónico y sustentable en situación de competir en todos los mercados del mundo. No se logrará esto con lo que se va suponiendo como la creación de una burguesía de amigos donde la riqueza se concentre en manos de amigos, testaferros y adictos que lo que conforman es un coro de corruptos al servicio del poder y su tenencia por mucho tiempo.

– Las fuerzas armadas están desmanteladas, en alto grado de obsolescencia material, sin objetivos, desmotivadas, sin relevancia pero esencialmente humilladas. Cierra así un plan bien pensado y ejecutado por las manos de quien alguna vez participó en la lucha contra ellas y que ahora con el título de Ministra de Defensa viene cobrar viejas cuentas. Nada se ha hecho para que estas nuevas generaciones de soldados sean el brazo armado en democracia después de haber aprendido las terribles lecciones por los tremendos errores de sus antecesores. Se las sigue denigrando y tal vez menoscabando con una política de derechos humanos parcial en la cual se justifican muertes y asesinatos de una de las partes como excusa por lo injustificable que hubo desde el lado estatal. Una muerte siempre será una muerte y una lesión a la condición humana aún en nombre de la más sagrada de las ideas. Pero hay varios componentes del este gobierno que con estas políticas se lavan las manos en las que todavía les quedan algunos coágulos de sangre, también humana.

Esta no es una enumeración taxativa ni pretende serlo. No se agota en lo dicho y podría ser mucho más amplia si se entra en los detalles de cada área.

Pero también existen consideraciones de síntesis y son las que surgen de aquellos aspectos que rodean a todos los demás. Informándolos, tiñéndolos o influyendo en ellos como característica general o estilo de gobierno.

La falta de invocaciones o de acciones tendientes a la unidad nacional como uno de los propósitos esenciales de la constitución nacional se ha visto enfrentado con las continuas agresiones presidenciales y con las permanentes descalificaciones a través del “nosotros y ellos” que ha sido un insumo permanente de los discursos.

La carencia de una política estratégica para mejor insertarnos y convivir con un mundo multicultural, polifacético, simultáneo, complejo e interdependiente se ha ocultado bajo actitudes de una soberbia que sólo se puede comprender condicionada por un sentimiento de inferioridad que lleva al aislamiento, a la agresión y a la mirada suicida del cortoplacismo. Recientes datos internacionales hablan del descenso argentino en materia de competitividad.

Más allá de todo ello la vida sana de la república será difícil mantenerla con métodos y actitudes que atentan contra ella mediante metodologías que erosionan la democracia y también contra las libertades. Entre ellas la de prensa, presionada, cuestionada y acorralada hasta la rendición y mejor si es en términos financieros.

Se manifiesta este agravio al sistema republicano de gobierno con la anulación del parlamento al gobernar el Poder Ejecutivo mediante los objetables decretos basados en inexistentes razones de necesidad y urgencia. Se completa esta anulación con el suicidio del propio parlamento al votar las facultades extraordinarias que permiten el manejo discrecional de los contenidos en una ley principal como lo es el presupuesto de la nación. El parlamento no existe y cuando da síntomas de vida es para suscribir los caprichos del poder político. La mayoría obtenida en las últimas elecciones supone un agravamiento de estas condiciones de descrédito ante las cabezas gachas y obedientes de los parlamentarios oficialistas.

El fenómeno de la corrupción

Todo esto tiene un común denominador que se ha criticado, que no se ha hecho nada por corregirlo y que bajo estos anunciados propósitos sólo se ha contribuido a perfeccionarlo y agravarlo: el fenómeno de la corrupción. Que ha sido útil a los fines oficiales en tanto se ha establecido un nuevo modo para la acción política, la que ya no es más en base a ideas sino a intereses. Así lo reflejan los indicadores internacionales que miden la corrupción mientras el gobierno pone cara de distraído.

De allí que no importen el pensamiento, las bases doctrinarias, las capacidades. Sólo interesa el cuánto vale, el cuánto me da o el cuánto quiere.

No sirven los propósitos o las vocaciones sino las voluntades doblegadas por el precio.
Los símbolos del poder ya no serán, no lo son ya, la banda y el bastón sino “la caja” como elemento fuerte para la disciplina. Los diseñadores podrán ir pensando en el nuevo símbolo, como crearlo y de tal forma que el Presidente que asuma no pueda jugar con él como lo hizo el actual con su bastón sin darnos por advertidos que nos estaba marcando ese estilo de desprecio por todo lo que haga a la patria, sus símbolos, sus tradiciones, sus héroes, sus epopeyas y ese derrotero que ha significado ir construyendo la nación, con errores y aciertos.

Por último: se debería dejar de lado esa pomposa expresión que manifiesta el propósito de “una mejor distribución de la riqueza”. Mejor acordarse de los pobres genuinamente brindándoles trabajo auténtico, salud, educación, bienestar y trato digno. Ésta será la base de una real transformación.

Insisto en lo ya dicho: alerta con las sonrisas, los diálogos, los reportajes y los anuncios del hoy que es parte del juego de las dos carátulas teatrales. La obra es la misma y con los mismos actores.

Luis Antonio Barry
Buenos Aires, noviembre de 2007.-

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  1. Paulina 16 años ago

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