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DEMENCIA ¿QUÉ ES?

 

Según la Asociación de Alzheimer del Reino Unido, la demencia es una pérdida de la función cerebral que se ve afectada por ciertas enfermedades. Existen diferentes tipos de demencia, cuyos nombres derivan de la enfermedad que causa la demencia. Una de las más comunes es el Alzheimer, una enfermedad que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento.

Las personas que sufren demencia se vuelven más frágiles conforme avanza la enfermedad y cada vez necesitan más ayuda para que les cuiden.  Saber qué es lo que va a ocurrir en la última fase de la enfermedad ayudará:

  • a la persona que sufra demencia a decidir, antes de que llegue a la última fase, el tratamiento y cuidado que desea recibir. 
  • a los cuidadores y familiares a reflexionar también sobre estos aspectos. 

La última fase de la demencia es una etapa de angustia tanto para familiares como para las personas que cuidan a los enfermos. Se recomienda pedir información, ayuda y orientación a la asociación de Alzheimer nacional o local en cuestión.

En primer lugar, conviene recordar que los síntomas de la demencia varían de un paciente a otro.
A continuación se describen los síntomas más característicos de la última fase del Alzheimer. No obstante, el hecho de que el paciente sufra varios algunos de estos síntomas no implica que éste se encuentre en la última fase de la enfermedad, ya que también se pueden experimentar algunos de ellos en fases más tempranas.

En este post hablaremos de los síntomas más comunes que se dan en la última fase (fase severa o fase avanzada) de la mayoría de demencias (entre ellas el Alzheimer). 

SÍNTOMAS

Los síntomas más comunes en las últimas estapas de la mayoría de demencias son:

1. Pérdida de memoria

  • La pérdida de memoria en esta fase es muy severa. Algunos enfermos son incapaces de reconocer a familiares o incluso a ellos mismos si se miran al espejo, aunque a veces tienen flashes o momentos en los que sí recuerdan. 
  • Son incapaces de llegar a lugares conocidos o de identificar objetos comunes. 
  • Creen vivir en una época pasada por lo que pueden buscar algo o alguien que relacionen con esa época. En este caso, lo mejor que se puede hacer para tranquilizarlos es hablar con ellos sobre la misma. 

Consejo: Aunque el enfermo tenga problemas graves de memoria, puede que todavía responda a otros estímulos como la música, un aroma o el tacto. Aunque no pueda responder, háblele.


2. Problemas de comunicación

Comunicación verbal. Las personas que sufren demencia:

  • tienen cada vez más problemas para comprender lo que se les dice y lo que ocurre a su alrededor. 
  • tienen dificultad para comunicarse con otras personas, ya que pierden la capacidad de hablar. Suelen repetir palabras o hablar a gritos. 

Comunicación no verbal. Los enfermos que sufren demencia pueden comunicarse a través del lenguaje corporal y:

  • reflejar su estado de ánimo mediante gestos o movimientos.
  • Recibir y devolver señales emocionales, incluso mucho después de haber perdido la capacidad de habla. 

Consejo: Continúe hablándole con normalidad, aunque crea que el enfermo no sea capaz de comprenderle. Es una forma de preservar su dignidad. Además, habrá momentos en los que el paciente parezca responder.

3. Pérdida de movilidad

Los enfermos de demencia van perdiendo gradualmente su capacidad para caminar y realizar las actividades diaria. Los primeros síntomas de la pérdida de movilidad son:

  • arrastran los pies o se vuelven inseguros al caminar. 
  • parecen lentos o torpes. Pueden chocarse con objetos y tirarlos al suelo o incluso caerse. 

Nota: La artritis, un derrame cerebral o una simple caída pueden también provocar síntomas de pérdida de movilidad.

Consejo: La pérdida de movilidad es tan grande en algunos pacientes que acaban en una silla o en  una cama sin poder moverse. Conviene que las personas que cuiden del enfermo consulten a un profesional (fisioterapeuta o enfermeros de centros geriátricos) sobre:
– cómo mover al paciente para que ninguno de los dos se haga daño.
– equipos u otras soluciones de movilidad.


4. Pérdida de apetito y peso

Aunque hay pacientes que engordan, por lo general suelen perder peso. Debemos asegurarnos de que la persona coma y beba lo suficiente y normalmente habrá que animarles para que lo hagan.  Esta pérdida de peso:

  • Afecta al sistema inmune, debilitándolo y haciendo que el cuerpo no pueda defenderse contra las infecciones. 
  • Aumenta el riesgo de caídas
  • la persona es cada vez menos independiente. 

En las últimas fases, los enfermos tienen problemas para masticar o para tragar, lo que se conoce como disfagia.  Esto se debe a problemas con los reflejos y a un mal funcionamiento de los músculos, lo que provoca riesgo de asfixia e infecciones de pecho.

Consejo: Es muy importante buscar ayuda en estos casos. El médico de cabecera o los enfermeros del geriátrico le pueden recomendar algún logopeda o nutricionista. Éstos últimos le aconsejarán una dieta especial o, si el paciente no puede comer ni beber con normalidad, puede realizar una evaluación que estime si es oportuno el uso de una sonda de alimentación.

5. Problemas de incontinencia

Los enfermos de demencia suelen tener problemas de incontinencia urinaria o fecal. Éstos puede ser simples pérdidas ocasionales u ocurrir siempre o la mayor parte del tiempo.

La incontinencia no es un síntoma que no se pueda evitar, pero se produce por varias razones:

  • cuestiones médicas (tienen tratamiento)
  • infección en el tracto urinario 
  • efectos secundarios de la medicación
  • problemas en la glándula prostática
  • olvidar que se tiene que ir al baño u olvidar cómo hacer las propias necesidades

Consejo: El médico de cabecera le puede aconsejar que acuda a las enfermeras del geriátrico, quienes le darán información sobre los pañales de incontinencia u otros métodos que le ayuden con este problema.

6. Cambios de comportamiento

Las personas que estén en la última fase suelen experimentar cambios en la conducta y pueden llegar a comportarse de forma extraña e inusual. Dichos cambios variarán en función de la persona, pero los más comunes son:

  • “Síndrome de la puesta de sol”. A últimas horas de la tarde están más confundidos, nerviosos y tienden a deambular. Conviene prestarles más atención a estas horas o pedir ayuda extra. 
  • Pueden tener reacciones violentas si se sienten amenazados o no comprenden lo que está pasando a su alrededor. 
  • Se balancean hacia adelante y hacia atrás, tienen conductas compulsivas y empiezan a repetir un mismo sonido o palabra. Si la persona está tranquila, puede ser una buena estrategia de afrontamiento. Si la ves tensa, puede que esté pasándolo mal por algún motivo, por lo que se recomienda comprobar si se ha hecho sus necesidades encima o tiene problemas para hacerlas, si le duele algo o si tiene hambre o sed. Este tipo de problemas provocan cambios en el comportamiento del anciano. 
  • Alucinaciones (ven, huele, oyen, saborean o sienten cosas que no son reales) e ideas erróneas sobre lo que ocurre a su alrededor. Si están angustiados, distraerlos o consolarlos ayudará. 
  • Están nerviosos porque necesitan más actividad física. Una forma de ayudar a relajarlos es hacer que caminen un poco durante el día (con nuestra ayuda), hacer ejercicios suaves o dejar que se mezan en una mecedora, por ejemplo. 
  • Movimiento excesivo de manos: retorcer las manos, estirarse la ropa, dar golpes con el dedo, no dejar de moverse o tocarse de manera inapropiada en público, son algunos comportamientos típicos. Una caja que contenga objetos de su pasado, como fotos, ovillo de lana u otras herramientas (siempre que no sean peligrosas) le ayudará a tener las manos ocupadas. 
  • Pueden pasar largos ratos sin moverse cuando están quietos, simplemente con los ojos abiertos sin hacer ninguna otra cosa

CONSEJOS PARA ALIVIAR EL MALESTAR DEL ENFERMO

 

No siempre se sabe cuáles son las causas de este tipo de comportamientos,  pero puede deberse al progreso de la misma enfermedad o a posibles sensaciones de malestar o angustia. Algunos consejos que pueden ser de ayuda son:

  • Si el anciano usa gafas procure que estén limpias y si utiliza audífono compruebe que funciona correctamente. 
  • Asegúrese de que la medicación que está tomando es adecuada, si está enfermo o si le duele algo. 
  • Evite entornos en los que haya mucha gente, actividad, luces, ruidos o movimientos. Todo esto le puede molestar. 
  • Observe si está aburrido y necesita algún tipo de estímulo. Por ejemplo, un masaje en las manos, ponerle su canción o música preferida o hacer que toque una tela suave, son cosas que le pueden hacer sentir mejor. 
  • Asegúrese, sobre todo, de que el anciano se sienta cómodo, que no pase ni frío ni calor, que no pase hambre o tenga sed, o que no tenga ganas de ir al baño. 

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Fuentes consultadas:
http://www.nhs.uk/
http://www.alzheimers.org.uk
http://www.nlm.nih.gov