Las relaciones exteriores de España

Hace ya más de dos años recogíamos que España suspendía en asuntos exteriores. A punto de concluir el mandato político el Presidente del Gobierno no puede presentar un balance brillante en materia de asuntos externos. España no ha sabido digerir los problemas con los Estados Unidos derivados de su retirada de Irak. Una decisión valiente que no ha ido acompañada de capacidad resolutiva a la hora de abrir otras relaciones potenciales y de otros beneficios para el país. España no está en ninguna parte.

España no está en ninguna parte

España no está en Europa, donde su papel dista de progresar en una Europa carente de rumbos y liderazgos. No está en Iberoamérica, donde la torpe política de los últimos doce años no se ha rectificado. En América España avanza en multitud de caminos (universidades, empresas, proyectos culturales…)pero no encuentra un proyecto político. La posición de España es prácticamente irrelevante en Asia. Y su influencia árabe se ha difuminado en posiciones crecientemente ambiguas y con altibajos incomprensibles.

Queda muy a la luz que los gobiernos de España no tienen una política de exteriores acorde con la altura económica y empresarial de este país. Otros países europeos: Alemania, Francia, Inglaterra… hacen de su política externa uno de sus activos principales con resultados muy beneficiosos para sus respectivos países.

El reciente incidente entre el Presidente de Venezuela y el Rey de España en la cumbre de jefes de Estado Iberoamericanos viene a poner de relieve la debilidad de las relaciones externas de España. Exponer al Rey a un riesgo político importante sólo puede explicarse por carencias importantes de la diplomacia. Máxime, cuando la imagen del propio Rey de España era solicitada por los propios Estados Iberoamericanos como figura de arbitraje ante conflictos entre ellos.

De ganar las elecciones, Zapatero tiene que dar un viraje importante a su política exterior. Solucionar el conflicto con los Estados Unidos, ganar peso específico en Europa, fomentar y proyectar la imagen de una cultura fuerte en el ámbito de lo hispano dentro de la diversidad y empezar hacerse notar en Asia, son alguna de las urgencias en materia de relaciones exteriores. Todo esto sin olvidar las capacidades de España en el mundo árabe, desechas en decenas de contradicciones.

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