Hoy es muy común ver a un joven totalmente concienciado con la innovación, pero también sobrepasado por la cantidad de información que debe asimilar y las propuestas sobre las que debe decidir. Necesitamos administrar muy bien nuestra capacidad de innovación y admitir que el trabajo colectivo y colaborativo se impone como necesidad apremiante. Pocas empresas podrán subsistir sin éstos nuevos métodos.
¿Cómo sobrevivir a tanta innovación?
Un joven empresario emprendedor que tiene un proyecto web entre manos abre su ordenador por la mañana. . Solo la información y nuevos servicios que le plantea Google cada día le exige un esfuerzo extraordinario. Novedades sobre las Apps, Analytics, adwords, adsense, Google maps, friends reunited, adserver, webmasters, etc. servicios gratuitos o de pago muy valiosos sobre los que tendrá que tomar decisiones.
Haciendo sus obligaciones sigue la pista a una treintena de analistas y gurús del Silicon Valley y otras partes del mundo. A diario le bombardean sobre nuevas herramientas, sitios innovadores, eventos, rumores, predicciones… Su Twitter, su Facebook, su linkedin, echan humo… Le plantean sin cesar, y a veces con un tono apocalíptico, propuestas relacionadas con mil temas: buenas practicas de la competencia, html5, ruby on rails, seos, web semántica, aplicaciones para móviles, Facebook, twitter, el futuro es la iPad, los smart phones, la nube.. Y luego viene lo peor, todo aquello que le suena a chino y que los descubridores de turno enardecen con terminología, apremios y predicciones inquietantes…. Dan ganas de decir aquello de ¡Para el mundo que me bajo!.
Ya no hay espacio para un empresario rabiosamente individualista e innovador. Tanta innovación importante le ahoga. No puede ni asimilar ni tomar decisiones acertadas de forma eficiente.
Cómo no perderse entre tanta innovación
Difícil tarea para una pequeña empresa o incluso de cualquier tamaño. En mi opinión no hay otra solución que el trabajo colaborativo, reintentar una división del trabajo sin perder una perspectiva global.
Y la pequeña empresa innovadora no tiene otra opción frente a las grandes que integrarse en redes profesionales donde la confianza y la complementariedad, incluso las sinergías le compensen de su desventajas frente a la masa critica y disponibilidades de talento de las más grandes.
Son las nuevas reglas del juego. Innovar, colaborar, compartir o morir… Y aviso a navegantes: lo que ocurre hoy en las TIC es un preludio de lo que ocurrirá mañana en todos los sectores…