El nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos ha irrumpido en las relaciones que mantenemos, sobre todo, a través de Internet con clientes de empresas de servicios y productos online. A estas alturas ya no queda ningún español que no haya recibido en su bandeja de correo electrónico un mensaje informando de la nueva política de protección de datos, solicitando su aceptación. Ahora bien, ¿cómo afecta esto a las relaciones que ya tenemos con nuestros clientes? ¿Y a los nuevos y potenciales clientes? ¿Tenemos que realizar algún cambio para no vulnerar la nueva normativa de protección de datos?
La Ley de Servicios de la Sociedad de la información y de Comercio electrónico prohíbe el envío indiscriminado de correos electrónicos publicitarios. Para que estos correos no se consideren como spam o correos no deseados, deben ser los propios destinatarios quienes autoricen previamente el envío de estos correos.
Ahora bien, la cuestión es, ¿cómo se consigue esa autorización de los destinatarios?
Autorización expresa
Una forma sencilla es introducir en aquellos formularios que incluyan la recogida de datos, como por ejemplo, una hoja de encargo, o un formulario para registrarse como usuario en una página web, una cláusula que establezca que el cliente o destinatario autoriza expresamente a la empresa a enviarle correos publicitarios.
Se deberá solicitar que el cliente marque la casilla de autorización expresa para hacer uso de sus datos. Además, hay que especificar qué finalidad o qué uso se va a realizar de los datos personales recogidos en el formulario.
Pero no siempre es necesario esa autorización expresa, como ocurre cuando la información que se envía se basa en un interés legítimo, es decir, cuando existen relaciones comerciales previas o cuando es el propio cliente quien solicita información.
Con la nueva normativa en materia de protección de datos, las empresas deben adaptarse lo antes posible, cumpliendo con lo establecido en dicha normativa, y se debe empezar comunicándose con los clientes de forma correcta.