martes 27 de enero de 2009

Cómo pedir perdón

Consejos para disculparse.

Arrastrarse: No es necesario postrarse de rodillas suplicando, pero sí hay que dejar claro que estamos pidiendo perdón y que nos importa si nos lo conceden o no. El nivel de postración requerido dependerá del motivo por el cual estemos pidiendo perdón. No es necesario exagerar si nos estamos disculpando por una tontería sin importancia, como haber roto una taza de un amigo, pero si le hemos destrozado el coche sí tendremos que disculparnos con mayor insistencia.

Esperar el momento oportuno
: Intentar disculparse cuando todavía se está furioso es buscar problemas, es mejor esperar a calmarse antes de disponerse a enterrar el hacha de guerra. Esta táctica tiene el beneficio añadido de que si esperamos lo suficiente, puede incluso que se disculpe antes la otra persona.

Dar explicaciones: Pero no poner excusas. No hay nada malo en explicar las circunstancias que nos llevaron a, por ejemplo, acostarnos con la ex-pareja de nuestro/a mejor amigo/a, pero sin intentar justificar nuestras acciones. Del mismo modo, no hay que usar la disculpa como trampolín para un segundo asalto del argumento inicial. Se supone que nos estamos disculpando, no soltando todo lo que nos habría gustado decir en la discusión inicial.

Ser perseverante : Si hemos hecho algo realmente malo, debemos estar preparados para la posibilidad de que nuestra disculpa no sea aceptada. En algunas circunstancias, "lo siento" suena realmente inadecuado, pero es todo lo que tenemos, por lo que hay que insistir. Repetir una y otra vez estas palabras puede aumentar el impacto de nuestra disculpa; también suele ayudar acompañar la disculpa con grandes gestos. Las flores son una elección popular y auto humillarse en público también suele funcionar bien.

Perdonarse a uno mismo
: Si intentamos disculparnos y arreglar las cosas, pero no lo conseguimos, tan solo podemos aprender de nuestros errores y seguir adelante. La culpabilidad es un sentimiento negativo, y no conviene aferrarse a ella.

Evitar tener que disculparse : Es fácil discutir y no solo con otros miembros de la familia; también con compañeros de trabajo, amigos o parejas. Las oportunidades de que se produzcan tiranteces son interminables. Lo ideal sería que raramente acabáramos llegando a un conflicto (y en caso de hacerlo, que fuese culpa de otro), pero en realidad, todos acabamos cayendo en el error en alguna ocasión. Puesto que no conviene vivir con heridas y resentimientos, en ocasiones no queda otro remedio que disculparse.

Fuente: The Independent