Formación on line, una revolución pendiente
Uno de los test más frecuentes para identificar la salud de internet es el relativo al éxito de la formación on line, el denominado campo del e-learning.
Pese unas expectativas muy favorables ligadas a las grandes inversiones de empresas e instituciones educativas en el ámbito internacional (Cisco, universidades anglosajonas…) , la mayor parte de los proyectos han sufrido crisis importantes hasta la desaparición o su reconversión. Eran proyectos a medio camino entre una formación con enfoques tradicionales y su reconversión poco convincente al ámbito de las nuevas tecnologías.
Todavía hoy, aunque existen cientos de miles de cursos on line en la red, hay que hablar de una revolución pendiente. El usuario, volcado en muchas vertientes a los servicios de Internet, es reticente a seguir cursos on line. Se inclina, de forma muy conservadora, hacia una formación presencial, de corte tradicional y escasamente innovadora, pero con garantizado reconocimiento en el mercado laboral.
Revolución progresiva
Pocas instituciones han sabido comprender que se trata de una revolución progresiva que lleva consigo importantes cambios culturales tanto desde la perspectiva de la oferta como desde la demanda. En este cambio, resulta imprescindible que los profesores comprendan el instrumento, sus potencialidades y adecuada adaptación a las mismas. De lo contrario, cualquier oferta educativa corre el riesgo de defraudar a los muy exigentes usuarios del ámbito de la red.
Entre estas instituciones hay que señalar al MIT. Hace pocos años, en plena euforia de una «e-learning – buzz» optó, para sorpresa de todos, por el proyecto OpenCourseWare, cuya filosofía fue apoyada en el mundo hispano por universia.
Ideas fuerza que llegan
Poco a poco, los profesores de esta institución prestigiosa institución bostoniana, han ido dando pasos en favor de cursos que incluso huirían de la etiqueta «on line». Más bien, se trata de «un juego» entre la tradicional educación presencial y las nuevas tecnologías formativas o la red en sí misma. En su conjunto, se ve claramente el avance. Inteligentemente, este avance no está ligado a posibilidades comerciales, alumnos matriculados, tráfico… Quizás esta asociado a algo muy simple: un profesorado de excelencia que empieza a pensar en términos de las potencialidades que brindan estos nuevos instrumentos.
Hace unos días, The Economist se hacía eco de alguno de estos resultados. Se trata de un curso titulado «How to Make (Almost)» y que, aparentemente, va dirigido a la formación en países en vías de desarrollo. Enseña el uso de varios tipos máquinas CAD/CAM, y técnicas para fabricar literalmente «casi de todo».
Esto abarca la introducción a recursos para el diseño y fabricación de sistemas inteligentes, incluyendo: «CAD/CAM/CAE; NC machining, 3-D printing, injection molding, laser cutting; PCB layout and fabrication; sensors and actuators; analog instrumentation; embedded digital processing»; con el curso uno puede acabar fabricando un sistema de comunicaciones inalámbricas pasa su casa..
Sin duda, se tendrán que seguir haciendo muchos tests. Pero la revolución silenciosa sigue produciéndose día a día.
También se puede aprender idiomas mediante cursos on-line. Esto resulta muy práctico cuando no se dispone del tiempo o los recursos para hacer un curso en el extranjero. En la página web del colegio don Quijote (http://www.donquijote.org) se ofrece la posibilidad de hacer un curso de español on-line. Los visitantes también pueden inscribirse como miembros gratuitos y recibir lecciones de español por email de forma gratuita.