Street view de Google

Un hombre entrando en un sexshop, dos mujeres tomando el sol en su jardín, una chica agachada a la que se le ve el tanga, etc. Todas estas imágenes y más han sido captadas por Street View, la última adición de Google a su creciente imperio de aplicaciones de mapas y que funciona, de momento, en 27 ciudades estadounidenses entre las que se encuentran Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.

Street View permite a los usuarios descender a nivel de los peatones y visualizar un panorama fotográfico de 360º de edificios, calles y desafortunados viandantes, inspirando a cientos de «turistas de Street View» a participar en cazas morbosas, «búsquedas de famosos» y posterior aviso. Los que buscan casa también han podido explorar los posibles barrios en busca de restaurantes, supermercados y escuelas.

Pero mientras los usuarios recorren en sitio en busca de las instantáneas más recientes y raras capturadas por los fotógrafos ambulantes de Google, cientos de estadounidenses han protestado.

Aunque Google no ha dado a conocer previamente su estrategia de mapeo, señaló al periódico The Guardian que se centrará en las «principales zonas metropolitanas».
Por su parte, Simon Davies, director del organismo de vigilancia Privacy International, ha confirmado ya que tomarán acciones legales tan pronto como Google inicie cualquier operación de Street View en el Reino Unido.

Las furgonetas de Street View llevan una cámara en el techo y las fotos que hacen (captadas por 16 lentes) se unen para formar una imagen de 360º. Según la compañía canadiense que fabrica las cámaras de Street Map, aunque actualmente estas solo captan fotogramas fotográficos, sus capacidades de FMV (vídeo de movimiento completo) podrían ofrecer, con el tiempo, metraje en vivo.

Google ha intentado acallar las críticas declarando que «Street View solo muestra imágenes de propiedades públicas y no en tiempo real». Según la compañía «esto no difiere de lo que cualquier persona puede captar con una cámara o ver mientras camina por la calle».

Tanto las leyes estadounidenses como las británicas señalan que una persona no puede esperar privacidad en un sitio público. Pero las directrices de CCTV, publicadas recientemente por el Comisario de Información, que se podrían aplicar a Street View, señalan que «se debería señalizar la zona de modo que el público sea conscientes de que está entrando en un área cubierta por equipo de vigilancia». Esto podría resultar imposible para las furgonetas de Google que trabajan sobre la marcha.
Además, según la ley británica, es necesario obtener permiso antes de poder emitir imágenes de ciudadanos. Google tiene un servicio que permite a la gente enviar un correo pidiendo que se retiren las imágenes en las que salen o bien que se difuminen sus caras, pero según Davies, la publicación de inicial de dichas imágenes podría ser ilegal.

Fuente: The Guardian Technology


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