¿Qué ha pasado con el brillante futuro de la nanotecnología?

Hace 10 años, científicos, políticos y medios de comunicación nos hablaban con frecuencia del «brillante futuro» de la nanotecnología, mencionando una amplia variedad de aplicaciones relacionadas con los materiales, la medicina, la alimentación, la ropa, etc. Un ejemplo típico fue esta presentación publicada por la BBC en julio de 2004 y que todavía está disponible en su página Web:

  1. Diodos emisores de luz orgánicos (OLED) para pantallas
  2. Película fotovoltaica que convierte la luz en electricidad
  3. Ventanas con un recubrimiento resistente a rayaduras que se limpian por sí solas con UV
  4. Tejidos con recubrimientos resistentes a las manchas y termorregulables
  5. Ropa inteligente que mide el pulso y la respiración
  6. Buckytubos, ligeros pero muy resistentes
  7. Articulación de la cadera hecha de materiales biocompatibles
  8. Pintura de nanopartículas para evitar la corrosión
  9. Vidrio termocrómico para regular la luz
  10. Capas magnéticas para memoria de datos compacta
  11. Pilas de combustible de nanotubos de carbono para impulsar vehículos y dispositivos electrónicos
  12. Implante coclear creado mediante nanoingeniería

Hoy en día, es más difícil encontrar presentaciones similares acerca de las bendiciones de la nanotecnología. En general, los comentarios son más críticos e, incluso los gobiernos realizan advertencias. Las frases optimistas de hace diez años se han visto reemplazadas por otras muy diferentes, como: «las advertencias de toxicidad en la industria de la nanotecnología», «la necesidad de un control más estricto para la ‘ciencia de lo diminuto'» o «la nanotecnología en el punto de mira». Y en los medios de comunicación británicos podemos encontrar titulares como «El Príncipe Carlos advierte de los riesgos de la ciencia», «Sainsbury frena el nanodespropósito», «las nanopartículas amenazan el cerebro», etc.

Por otra parte, si miramos en algunos de los sitios web de las organizaciones británicas que hablaban sobre este campos con cierta intensidad hace diez años, como el Instituto de Nanotecnología, el Laboratorio de ciencia a nanoescala de la Universidad de Cambridge, la Real Academia de Ingeniería o el Centro de nanobiotecnología de la Universidad de Oxford, podemos ver que la investigación continúa por todos los medios, pero su alcance y contenido parece haber cambiado y hay menos informes y libros relacionados con la nanotecnología.

El profesor John Ryan, de la Universidad de Oxford, afirma que aunque es posible fabricar nanodispositivos átomo a átomo, no es una opción de fabricación realista -como muchos previeron hace diez años-, dado que es lento y costoso. Uno de los principales retos científicos ha consistido en entender los principios biológicos fundamentales y aplicarlos para producir nuevos tipos de nanotecnología, dice. Armados con estas reglas de diseño es posible fabricar nuevos tipos de nanodispositivos utilizando materiales más robustos que los biomateriales.

Según el profesor Ryan, los muchos escenarios de ciencia ficción que se presentaron hace diez años, no sólo han desviado la atención de las verdaderas ventajas de la nanotecnología, sino también de los problemas que son motivo de preocupación.

Una de las ideas fantásticas que ha perseguido la nanotecnología es la fabricación de una máquina capaz de autorreplicarse. El resultado podría ser un ejército de robots más pequeños que los virus que se multiplican sin control y devoran la Tierra.

Eric Drexler, a quien muchos consideran un «padre de la nanotecnología», se ha distanciado de la idea, diciendo que es improbable que se lleguen a fabricar esas nanomáquinas autoreplicantes. Igualmente, la preocupación de que esas partículas biológicas autoreplicantes de tamaño nanométrico se introduzcan en el cuerpo humano y hagan cosas impredecibles, se debería considerar, según él, alarmista.

No obstante, la presencia en el torrente sanguíneo de nanopartículas inhaladas que se han dispersado por todo el cerebro es una preocupación, dice el profesor Mark Welland, de la Universidad de Cambridge, aunque todavía se desconoce si esto plantea o no un riesgo para la salud.

En cualquier caso, si miramos a nuestro alrededor actualmente en una gran ciudad, una proporción significativa del material que respiramos son partículas; y una elevada proporción de ellas son de tamaño nanométrico, como las emisiones de diésel, añade.

Dado que la nanotecnología no constituye una tecnología en sí, sino que se trata de una tecnología capacitante, explica el profesor Welland, aparecerá en muchos productos diferentes. Ya está presente en las memorias flash, los chips de los ordenadores, las baterías, los revestimientos y cada vez en muchos más tipos de sensores nuevos, especialmente en el área de la medicina.

El enfoque adoptado para la implementación de nuevos productos basados en la nanotecnología se ha vuelto mucho más estricto y se está llevando a cabo dentro de los marcos de la ley y la normativa, con la no menos importante orientación ética correspondiente. Deberíamos dar la bienvenida a esta desaceleración y apreciar el hecho de que los futuros productos basados en nanotecnología combinen soluciones innovadoras con productos más seguros.

Fuente: entrepreneur-resources.net /what-happened-to-the-bright-future-of-nanotechnology


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