En un esfuerzo por cumplir las estrictas normas de emisiones fijadas por las autoridades reguladoras, los fabricantes de automóviles han empezado a considerar la nanotecnología como una necesidad. Con estructuras precisas y unas propiedades físicas y mecánicas excepcionales, los productos basados en nanomateriales tienen el potencial de redefinir las aplicaciones de los materiales y la energía.
Por ejemplo, NanoLub, un lubricante elaborado a base de compuestos descubiertos en el Instituto Científico Weizmann, de Israel, tenía nanoesferas y nanotubos de compuestos inorgánicos. Las partículas tienen una estructura única de esferas encajadas que lubrican por medio de un mecanismo especial; reduciendo, en gran medida, la fricción y el desgaste.
La búsqueda de tecnologías de emisiones cero en el transporte se ha vuelto de rigor y el uso de la nanotecnología es uno de los medios que ha mostrado ser muy prometedor para lograr este objetivo en el transporte del futuro. Algunas de ellas son una realidad hoy en día.
El uso de la nanotecnología por medio de algunos materiales desarrollados recientemente ayuda a fabricar vehículos eléctricos ligeros, de bajo coste y bajas emisiones.
Por ejemplo, un gran avance en esta dirección fue ZementR, un cemento de alta resistencia y secado rápido; WPCR (un compuesto de madera y plástico) que utiliza el 80% de los residuos del polvo de la madera y un 20% del plástico para proporcionarle las ventajas de éste.
Fuente: BS Motoring