El pianista Milton Schlosser, de la Facultad Augustana de la Universidad de Alberta, en Camrose, estrenará una serie de ‘nanosonatas’ escritas específicamente para él por el compositor Frederic Rzewski. La obra, titulada “Nanosonatas, Vol. 1”, fue encargada por Schlosser a través del programa de subvenciones Humanities, Fine Arts and Social Sciences Research de la Universidad.
La composición refleja el interés de Rzewski en las nanomáquinas biomoleculares. Básicamente, Rzewski comprime sonatas del siglo XIX de entre 20 y 40 minutos de duración en siete segmentos de tres minutos que desafían a los amantes de la música con nuevas formas apasionantes, señala Schlosser.
«El público se encuentra con que tiene que redirigir sus expectativas acerca de lo que es la música. Desafía el concepto de arte como algo siempre hermoso», señala. «La melodía se vuelve identificable y los oyentes deberán recordar sensaciones y momentos de sonido».
Cada diminuta parte de la obra de 21 minutos guarda una fuente de ideas musicales. Es un reto tocarla, admite. Lógicamente, «cada nota cuenta».
Las nanonotas están inspiradas en una amistad que Rzewski entabló con un físico que resultó ser también pianista amateur. Rzewski, que visitará el Campus Augustana en febrero, se propuso componer una obra reflexiva después de que su amigo físico le mostrara un vídeo de un nanomotor rotativo; un dispositivo que es entre 300 y 500 veces más pequeño que el ancho de un cabello.
Fuente: PhysOrg
Me pregunto: ¿Hasta que punto, cualquier cosa a la que alguien le ponga el prefijo «nano-» tiene que ver realmente con nanociencia o nanotecnología?