Las nanopartículas podrían reemplazar a los antibióticos

Logran destruir con nanotecnología bacteria resistentes a los antibióticos.

Los investigadores de IBM, el gigante de la informática, afirman estar trabajando en unas diminutas partículas conocidas como nanoestructuras que son atraídas hacia las células infectadas pero no destruyen las sanas. Se trata de un modo revolucionario de destruir las bacterias resistentes a los antibióticos que matan a cientos de miles de personas en todo el mundo cada año.

Según ellos, si se introducen estas nanoestructuras en los antibióticos tradicionales, éstos podrían llegar a ser mucho más eficaces al apuntar a las zonas apropiadas.

Los antibióticos tradicionales tratan de evitar que la bacteria se multiplique al interferir en su replicación del ADN, mientras que en el nuevo método de los investigadores de IBM unas partículas ultra pequeñas simplemente atacan y destruyen las paredes celulares de las bacterias.

Según Jim Hedrick, científico principal del centro de investigación de IBM en el que se llevó a cabo el estudio –el Almaden Research Center–, las partículas tienen un tamaño aproximado de 200 nanómetros, lo cual es «unas 50.000 veces más pequeño que un cabello humano».

De acuerdo con un artículo publicado en la nueva edición de la revista Nature Chemistry, las nanopartículas se ven atraídas físicamente hacia las células infectadas como si éstas fuesen un imán, lo que significa que pueden erradicar las bacterias sin destruir las células sanas.

También actúan de una manera diferente a los antibióticos tradicionales, ya que han sido diseñadas por los investigadores para atravesar las membranas y las paredes de las células bacterianas, lo que se espera que evite que las bacterias desarrollen resistencia a los medicamentos.

«Con nuestros colaboradores del Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de Singapur, hemos mostrado, en pequeños estudios realizados con animales, que no hay toxicidad en ninguno de los órganos principales», señaló Hedrick. No obstante, Hedrick añadió que no es posible afirmar con seguridad que las nanopartículas no vayan a atacar a otras células u órganos. «No hemos entrado en modelos de animales más grandes ni en ensayos clínicos, pero los resultados iniciales son extraordinariamente prometedores», señaló.

Con el tiempo, los científicos esperan que las nuevas estructuras se puedan convertir en productos como jabón y desinfectante de manos, además de ayudar a curar heridas y ofrecer tratamiento para superbacterias como el MRSA.


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