Un grupo de investigación finlandés del Laboratorio de Bajas Temperaturas de la Universidad Tecnológica de Helsinki (TKK) ha desarrollado y fabricado un transistor de calor a nanoescala y, simultáneamente, la nevera más pequeña del mundo hasta la fecha. El dispositivo, nanofabricado con la ayuda de la litografía por haz de electrones, funciona a temperaturas extremadamente bajas, de menos de un grado por encima de cero absoluto. La posibilidad de controlar los electrones que pasan uno a uno a través del dispositivo en la estructura del superconductor metálico permite su uso como transistor de calor.
Los refrigeradores de electrones se podrían utilizar en un futuro, por ejemplo, en la investigación espacial para un enfriamiento preciso de diminutos detectores de radiación, y el pequeño tamaño y simplicidad del dispositivo podría resultar valioso también en otros campos de investigación. Entre otras áreas de aplicación podrían estar, por ejemplo, los sensores utilizados en la formación de imágenes.
Fuente: Nanowerk