Kirill Karabits y la Orquesta Sinfónica de Bournmouth

Hace poco fue al auditorium Colston Hall en Bristol para ver al joven director de música Kirill Karabits de Ucrania dirigir la orquesta sinfónica de Bournmouth. Cuando apareció en la plataforma el público le aplaudió con mucho entusiasmo pero Karabits es modesto y después de dar las gracias el concierto empezó. De donde estaba sentado podía ver su estilo diferente de dirigir. No usa una batuta pero tiene manos y brazos muy expresivos con los que manipula la música. Un comentario de Christine (5 de diciembre) sobre la primera vez que le vi dirigir hablo de su pasión para su trabajo. Estoy de acuerdo Karabits se compromete con su trabajo y también se concentra mucho.

Las tres obras incluidas en el programa este concierto representaron un desafío para esa nueva colaboración entre Karabits y la orquesta sinfónica de Bournmouth. Yo estaba muy interesado en ver la segunda sinfonía de Sibelius. Tengo varias grabaciones de ella y las representaciones dirigidas por John Barbirolli y Simon Rattle son tesoros para mí. Amo esa obra – quizás demasiado porque la representación dirigida por Karabits me decepciono un poco aunque no se exactamente porque. Tal vez estaba esperando demasiado. Es una obra con muchos principios y finales y no es fácil crear un sentido de una obra entera. Sin embargo la representación dirigida por Karabits tenía vigor y pasión y merecía los aplausos entusiastas del público al final.

Renaud Capucon fue el solista en el concierto para el violín de Bruch y dio una representación esplendida igualada por el de la orquesta. Pero la revelación de la noche fue la obra ‘Los frescos de Piero della Francesca’ por el compositor Checo Bohuslav Martinu (1890-1959). Tenía una armonía melódica que salio de forma continua del torrente de sonido que me conmovió mucho. Los críticos de Martinu sugieren que no tenia un estilo claro y fue demasiado influenciado por los cambios de los gustos en el mundo de la música. De lo poco que he escuchado de el eso también habría sido mi impresión hasta anoche. Hablando con un miembro de la orquesta en el intermedio dijo que no había tocado esa obra nunca. Eso no fue aparente y es una señal de la calidad de la orquesta y la preparación de su director.

La confianza y brillantez de las representaciones que vi es un buen presagio para el futuro de una nueva asociación celebrada en este concierto.
B.R.

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