Isaac Albeniz

Isaac Albeniz fue un personaje colorido y existen fotos del compositor sentado al piano con un gran bigote negro y barba fumando un puro. No es fácil distinguir los mitos de los hechos sobre sus primeros años.

Su madre le llevó a Paris cuando tenía tan solo seis años (algunos dicen que tenía siete) donde hizo una prueba para entrar en el Conservatorio de Paris y destacó. Según una fuente fue considerado demasiado joven para entrar, aunque otra fuente dice que fue rechazado porque rompió una ventana del conservatorio con una piedra.

Otra versión de su infancia afirma que se escapó del Conservatorio de Madrid cuando tenía nueve años y se escondió en un barco rumbo a Argentina como polizón. Esto podría ser una confusión de los años que pasó en las Americas cuando su padre, aduanero, fue trasladado a Cuba. Otro mito es que fue alumno de Liszt. A pesar de que sí viajó a Budapest con la intención de estudiar con Liszt, lo más probable es que no llegaron a conocerse. Sí estudió en Leipzig y Bruselas y su fama de brillante pianista se extendió más allá de las fronteras de España cuando visitaba las ciudades capitales europeos.

Felipe Pedrell (1841-1922) – a veces llamado el «padre» de la música española y que había sido más crítico con Turina, tuvo mejor alumno en Albeniz porque este compartía con Pedrell la opinión que la música debía encontrar sus raíces en la cultura española.

Sus composiciones fueren alejándose de su estilo inicial parecido al de las piezas más ligeras tipo Chopin y Schubert aunque en mi opinión se escucha todavía la influencia de ambos (y de Schumann, creo) en Iberia, a pesar del contexto hispano de dicha obra. También contiene influencias francesas, y su amistad con Chaussen, Faure y d’Indy además de su año docente en la Schola Cantorum en 1897-98 también contribuyeron al aplomo, la lírica, los contrastes en los ritmos y las transformaciones claves de sus composiciones de piano tan geniales más tarde.

Ya muy enfermo, en 1909 se trasladó con su familia desde Niza a Cambo-les-Bains el otro lado de la frontera y unos meses más tarde se murió.

B.R.

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