Los asesores del Presidente Obama y de la primera dama estadounidense no deben andar muy sobrados de ideas. Beneficios para Marbella aparte (si los hay dado que muchos noticias han abierto con el emblema de la corrupción y las mafias marbellíes, neutralizando el «efecto Michelle Obama»), qué distinto hubiera sido el anuncio de un viaje a España planificada inteligentemente. Se hubiera evitado una lectura negativa tanto para Michele Obama y como para España. Ver El extraño viaje de Michelle Obama a España.
Una breve escala en Madrid, una corona de flores en Atocha -rindiendo homenaje a las victimas españoles del 11-M-, una escala en Toledo -punto de unión y convergencia de tres culturas: judía, árabe y cristiana- y punto seguido una escala rindiendo homenaje, desde España, a la cultura árabe en Granada. Punto final. Si había lugar para unos días privados de descanso en un hotel de Marbella, nadie lo habría discutido o puesto en cuestión.
En todo caso. he preparado un álbum con fotos de lo que debió ver Michelle Obama en Granada, la Alhambra, los jardines del Generalife, la rica vega granaina… Esa debió ser la crónica positiva de una visita que se hubiera legitimado de significado político y cultural. Mucho más bello y plancentero que la arquitectura cartón piedra de un lujoso hotel de Marbella.
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