¿Crees que un robot abogado podría defender tu caso?

La tecnología avanza de forma agigantada, sorprendiéndonos cada vez más en sus avances. Los robots están cada vez más preparados para realizar oficios humanos, y el sector de la abogacía no podía ser la excepción. Aunque anteriormente ya hablábamos en nuestro blog sobre los primeros abogados “robots” , el progreso en este campo, con el fin de conseguir un mayor éxito y unión entre la robótica y las leyes, nos lleva a conocer a Ross, un robot creado por Ross Intelligence.

Ross tiene la peculiaridad de ser capaz de escuchar preguntas jurídicas y dar respuesta a las mismas, con la normativa adecuada y actualizada, ofreciendo una alternativa a cómo proceder en el asunto litigioso de cada cliente.

Su sistema le permite aprender un gran número de documentos jurídicos y leyes de diferentes países y responder a sus clientes de forma razonada, con una adaptabilidad excelente al lenguaje humano. También utiliza lo aprendido en las noticias y en otros casos relacionados, por lo que se entiende que siempre está al corriente y actualizado, ya que rastrea en tiempo real los resultados de sentencias y juicios que han sentado jurisprudencia, de manera que puede advertir la existencia de un riesgo en el procedimiento de su cliente.

Gracias a sus algoritmos, Ross puede tener en cuenta la ideología del juez, las partes implicadas en el juicio y los tribunales de menor rango desde los que llegan las causas. Una vez que asimila la información, responde basándose en las leyes vigentes y traduciendo la terminología.

La diferencia con los anteriores robots, es que su tiempo de respuesta es mucho más rápida que el de un ser humano promedio. A los humanos nos cuesta más tiempo buscar y analizar la información para ofrecer la mejor respuesta a nuestros clientes. A esta tendencia se le conoce como lawtech y su objetivo es disminuir los tiempos de trabajo mediante algoritmos avanzados. Es más, cuanto más trabaja Ross, más aumenta su eficacia, ya que aprende de sus propias experiencias, es decir, aprende gracias a la interacción con los humanos. 

La mayoría de los despachos en nuestra actualidad tienen como estrategia la implementación de herramientas informáticas con la intención de mejorar sus resultados. La inteligencia artificial en el derecho es un objetivo estratégico. La idea no es suplantar el empleo del abogado, sino utilizarlo como un asistente legal cualificado.

La figura del abogado virtual será cada vez más habitual en la práctica. Por ahora, Ross trabaja como especialista en leyes financieras, pero sus creadores esperan que este robot pueda aprender sobre derecho internacional y ser útil en todo el mundo. Aunque la incorporación de Ross hace temer a los abogados humanos, no debemos tenerlo como una amenaza, sino como una ventaja y ayuda en el ámbito de la abogacía.

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