martes, enero 13, 2009

Sergei Rachmaninoff (1873-1943)

No tengo reparo en decir que soy un aficionado de la música de Rachmaninoff y acabo de escuchar un CD de 1990 de la tercera sinfonía de este compositor que ha sido reeditado recientemente representado por la orquesta sinfónica de Mosco bajo el director Pavel Kagan.

Es una de mis obras favoritas de Rachmaninoff y oírla en este disco que ha sido remasterizado ha sido una revelación para mí. El mismo disco contiene otra representación excelente de su obra llamado Symphonic Dances, ambos trabajos fueron escritos al final de su vida profesional y no tuvieron mucha acogida en sus estrenos y fueron revisados después como solía hacer este compositor quien a veces hacia cambios en la partitura justo antes de un concierto. La grabación de su tercera concertó para el piano, lo cual tengo en mi colección de música y grabado en 1940, ha sido recortado varias veces algo que sus aficionados incluso yo nos arrepentimos mucho.

En respuesta a una invitación para tocar en Estocolmo, fue con su mujer y dos hijas escapando de la zona de Mosco donde vivieron que había sido conquistado por los revolucionarios en 1917. Cogieron el tren a Finlandia y completaron su viaje viajando de Finlandia a Suecia por tobogán por la noche. El y su familia llegaron a Estocolmo con nada mas que equipaje de mano y dos mil rublos. Al final se trasladaron a America después de vivir en muchos lugares y además con su trabajo de compositor, pianista y director tuvo que viajar con frecuencia. Y aunque fue una ciudadano internacional siempre se considero a si mismo como Ruso. En una entrevista en 1941 dijo que ‘en mis composiciones no ha habido ningún esfuerzo consciente de ser original, romántico o nacionalista o cualquier otra cosa’. Dijo ‘escribo en papel la música que escucho dentro de mi mismo en una manera tan natural como pueda. Soy un compositor Ruso y la tierra donde nací me ha influenciado mi temperamento y punto de vista del mundo’.

La tercera sinfonía fue recibida con entusiasmo en el Reino Unido pero fue menos popular en los Estados Unidos. La gente no querían aceptarle como era y los críticos y el publico le encontraron demasiado tradicional y radical. Sus melodías largas y orquestación brillante me recuerdan de Tchaikovsky (a quien le conoció – como un alumno hizo una transcripción de la sinfonía Manfred, y lo toco para el compositor), también parecen estar influenciado por Stravinsky y incluso para mi en la obra Symphonic Dances – por Mahler y Bartok. Pero tenia originalidad y sea que sea sus influencias la popularidad que disfruto durante los últimos años de su vida mientras seguía tocando en publico en ambos lados del Atlántico ha durado y si su segundo concertó para el piano sigue siendo su trabajo mas conocido para la mayoría de la gente queda mucho mas para conocer que este único obra.

Murió justo antes de cumplir 70 años y un día antes de que llegara un telegrama de muchos compositores felicitándole por sus cumpleaños. Su música vivirá para siempre.

B.R.