Wi-Fi de larga distancia

Intel ha encontrado el modo de transmitir una señal Wi-Fi de una antena a otra ubicada a más de 96 km de distancia.

Intel ha anunciado sus planes de vender a finales de este año una plataforma Wi-Fi especializada capaz de enviar datos desde una ciudad a las zonas rurales colindantes a decenas de kilómetros, proporcionando asó conexión a Internet a las zonas menos pobladas. Esta tecnología inalámbrica, llamada RCP (rural connectivity platform), ayudará a los estudiantes de países pobres que disponen de ordenador, señala Jeff Galinovsky, director de la plataforma de Intel. Y la velocidad de intercambio de datos es lo suficientemente elevada (de hasta 6,5 megabits por segundo aprox.) como para poder utilizar la conexión para videoconferencia y telemedicina, añade.

Según Galinovsky, la RCP, consistente fundamentalmente en un procesador, radios, un software especializado y una antena, es una forma interesante de conectar zonas remotas que de otro modo carecerían de Internet. Las conexiones inalámbricas vía satélite son caras, señala. Y resulta inviable cablear a algunas zonas de Asia y África. «Es complicado, caro y seguro que alguien lo desentierra para venderlo», destaca.

Intel ya ha instalado y probado el hardware en la India, Panamá, Vietnam y Sudáfrica. A finales de este año, la compañía venderá el dispositivo en la India, con un precio por debajo de los $500 (324€). La tecnología punto a punto requerirá dos nodos, que proporcionarán «una completa infraestructura back-end» por menos de $1,000 (648€), Galinovsky says.

Un nodo se suele instalar en el límite de un zona urbana, conectado a un cable de res de área local, explica. Utilizando una antena direccional, el dispositivo envía la información a otra antena receptora que se puede encontrar hasta a 96 km de distancia. Más allá de esa distancia el sistema se encuentra con dificultades debido a la curvatura de la Tierra. Prácticamente la mayoría de los enlaces se colocarán a menos de 48 km de distancia entre sí. Una vez colocado un nodo en un pueblo, la conexión se podrá distribuir utilizando cables estándar y routers inalámbricos, señala Galinovsky.

Según él, no hay nada especialmente innovador en la tecnología de la antena ni en el hardware de enrutamiento. El truco está en el software que utilizan las radios para comunicarse entre sí. La plataforma RCP de Intel reescribe las reglas de comunicación entre las radios Wi-Fi. Galinvosky explica que el software crea unos espacios de tiempo específicos en los que cada una de las dos radios escucha y habla, de modo que no es necesario el envío de datos extra para confirmar las transmisiones. Dado que hay una relación inherente entre la cantidad de ancho de banda disponible y la distancia que alcanza la señal, cuanto mayor sea el ancho de banda disponible, más lejos llegará la señal.

Otro aspecto importante es que los dispositivos requieren una energía relativamente pequeña. El funcionamiento de dos o tres radios en un enlace requiere, según Galinvosky, unos cinco o seis vatios, lo que hace posible el uso de energía solar.

Fuente: Technology Review


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