Riesgos y beneficios de los nanoalimentos

Posibles riesgos y beneficios del uso de la nanotecnología en los alimentos

En una muestra de lo que vendrá, los científicos afirman haber ideado un modo de utilizar la nanotecnología para hacer que los alimentos desnatados y semidesnatados sean tan apetitosos y satisfactorios como sus equivalentes enteros. Las consecuencias podrían ser importantes en la lucha contra la propagación de problemas de salud como la obesidad, la diabetes o las cardiopatías.

Sin embargo, los expertos señalan que el futuro de la nanotecnología en los alimentos podría frustrarse antes de empezar, debido a las reticencias de los fabricantes de alimentos a mostrar lo que están haciendo por miedo al tipo de reacción en contra con la los consumidores europeos recibieron a los alimentos modificados genéticamente (MG).

Según un informe parlamentario británico, el mercado mundial de la nanotecnología en los alimentos fue de 140 millones de dólares en el 2006 y se espera que aumente hasta los 5.600 millones de dólares para el 2012.

Los legisladores británicos expresaron su preocupación porque no se investiguen lo suficiente los posibles riesgos de la nanotecnología en los alimentos, y su frustración por la falta de comunicación del sector de la alimentación.

Reuters se puso en contacto con Unilever, Kraft y Nestlé, tres de las empresas más grandes del sector de los alimentos, pero sólo una se mostró abierta a hablar largo y tendido sobre la nanotecnología.

Una de las cosas que podrían investigar es el trabajo de los científicos del Instituto de Investigación Alimentaria (IFR) del Reino Unido, quienes afirmaron, el mes pasado, haber encontrado una sinergia inesperada que ayudaba a descomponer la grasa y que podría conducir a nuevas formas de ralentizar la digestión y, en última instancia, crear alimentos que hagan que los consumidores se sientan más llenos.

La idea es que si la digestión es más lenta, la sección final del intestino denominada íleon activa su «freno ileal», enviando una señal al consumidor que hace que se sienta lleno a pesar de heber comido menos grasa.

Los expertos ven prometedora otra técnica que consiste en nanoencapsular los nutrientes en estructuras similares a burbujas denominadas vesículas que se pueden manipular para romperse y liberar su contenido en etapas específicas del sistema digestivo.

Según Vic Morris, un experto en nanotecnología del IFR, esta técnica en un formato más grande (microencapsulación) está bien consolidada en la industria alimentaria. La principal diferencia con la nanoencapsulación es que su tamaño más pequeño puede llevar los nutrientes más allá y liberarlos en lugares más apropiados.

Morris y Frans Kampers, quien coordina la investigación sobre el uso de la nanotecnología en los alimentos en la Universidad de Wageningen y el Centro de Investigación de los Países Bajos, se mostraron relativamente indiferentes sobre los posibles riesgos de la nanotecnología utilizada de esta manera, sin embargo, cuando llegó el turno de las nanopartículas, mostraron mayor preocupación.

Las nanopartículas miden entre uno y cerca de 100 nanómetros con un elevado ratio de superficie-volumen que, en esencia, les permite ser más activas que sus primas de mayor tamaño.

Una sal que sabe más salado o un hierro que se absorbe mejor en el cuerpo para hacer frente a la anemia por deficiencia de hierro son dos formas de nanopartículas propuestas.

En un esfuerzo por encontrar el modo de etiquetar o regular el uso de las nanopartículas en el futuro, la Comisión Europea ha puesto en marcha un proyecto de investigación llamado NanoLyse, destinado a desarrollar formas de detección y medición de la nanotecnología en los alimentos. El sitio Web del proyecto, dice que, hasta ahora, «disponemos de un conocimiento muy limitado sobre el posible impacto de las nanopartículas artificiales en la salud de los consumidores».

Los expertos muestran su preocupación citando algunas investigaciones que han descubierto que ciertas nanopartículas «persistentes» que no se disuelven o biodegradan, como la nanoplata (utilizada en los envases de los alimentos para ampliar su vida útil), pueden atravesar algunas barreras del cuerpo, lo que significa que suponen un peligro. «Estas partículas pueden ser peligrosas y necesitamos saber más sobre sus efectos tanto en el cuerpo como en el medioambiente», señaló Kampers.

Fuente: Reuters


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