Nanotecnología en una escena del crimen

Imaginemos una escena de un crimen. Algunas de las cosas que los expertos forenses harían hoy en día es
detectar huellas en la sala,recoger muestras de sangre y otros fluidos corporales disponibles, enviar algún documento a un experto en grafología… Y a continuación, tendrían que procesar estos materiales durante varios días. Exactamente con los mismos materiales, los investigadores obtendrían un espectro mucho más amplio de conclusiones, si llegara a sus manos un conjunto de aplicaciones basadas en nanotecnología que está actualmente en proceso de investigación.
Nanotecnología en la escena de un crimen
Las aplicaciones más avanzadas son las relacionadas con las huellas dactilares. Sustituir los materiales
utilizados actualmente para detectar las huellas dactilares por nanopartículas mucho más pequeñas aumenta en varios órdenes de magnitud la sensibilidad de la búsqueda científica. Esto hace que sea más fácil detectar huellas antiguas o tenues, así como las que se encuentran en superficies difíciles, como las adhesivas o con texturas. Y no solo mejora la sensibilidad. Las nanopartículas pueden revelar información contenida en las huellas dactilares que actualmente resulta inaccesible.
No obstante, las aplicaciones forenses de la nanotecnología van más allá del uso de nanopartículas. Una herramienta clásica de los laboratorios de nanotecnología, el Microscopio de Fuerza Atómica (AFM), podría ayudar con un mensaje en papel descubierto en la escena del crimen. Se podría utilizar para examinar los cruces de tinta y determinar cuál de las dos líneas se ha escrito sobre la otra. Esta información podría ser crucial en la comprensión de ciertos documentos, como un contrato con una enmienda polémica.
Otra aplicación forense del AFM es averiguar la antigüedad de una muestra de sangre.

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