viernes, noviembre 17, 2006

LA PRÁCTICA DEL TAROT

Titulo: La Vía del Tarot.
Editorial: Siruela, S.A., 2004 . Colección Libros del Tiempo nº 190
ISBN: 84-7844-818-7



LA VÍA DEL TAROT

La praxis o práctica del Tarot es lo que nos lleva al segundo libro aquí reseñado de Jodorowsky. Si bien en Yo, el Tarot hablamos de la poética del Tarot, aquí nos metemos de lleno en su análisis, en qué es, en qué representa, en su detalle.

“Cada arcano, siendo un espejo y no una verdad en sí mismo, se convierte en lo que ves en él.” De ahí la importancia de observar. La relevancia de este libro radica en que ha sido trabajado en el tiempo y visualizado por su autor en cada detalle durante 40 años. Invita a que tú hagas lo mismo, sin imponer, sin dictar, regalando lo que se ha descubierto.

Siendo así, nos descubre la multitud de Tarots existentes eligiendo como primario el Tarot de Nicolas Conver impreso por Camión, de 1700, sin conseguir identificar el origen de este juego de abalorios (Hermann Hesse). Sus observaciones nos llevan a identificar referencias judías, cristianas, musulmanas, hindúes, paganas y doctrinarias. Sincretismo?

El Tarot, que se lee de izquierda a derecha se inicia con El Loco, que es el comienzo perpetuo y acaba, en sus arcanos mayores, con el Mundo, que es el desenlace infinito. Formado por 78 cartas, 22 pertenecen a los arcanos mayores y 56 a los menores.

La guía sigue de manera infinita pero para esta reseña nos vamos a quedar con sólo algunas de la pinceladas que invitan a su lectura y trabajo.

El Tarot se lee y se escucha atendiendo en primer lugar a los prejuicios de cada uno. Ese es el primer paso. Es un paso que hay que transgredir y transmutar, liberando a la mente de todo preconcepto: utilizando la intuición y lo aprendido. La Muerte, el arcano sin nombre, no tiene porque significar la defunción.

Cada arcano, palabra del latín arcanum que significa secreto, queda dividida en un centro esencia, un receptivo tierra (esquina izquierda bajo según se mira), un activo tierra (esquina derecha bajo, según se mira), un receptivo cielo (esquina izquierda arriba según se mira) y un activo cielo (esquina derecha arriba según se mira).

En los Arcanos del Tarot, mirándolos de frente, lo activo queda a la derecha y lo receptivo a la izquierda. Las copas representan la Vida emocional, los sentimientos y el agua. Las espadas representan la vida intelectual, el pensamiento y el aire. Los oros representan la vida corporal, las necesidades y la tierra y los bastos representan la vida sexual, la creatividad, los deseos y el fuego.

Y así seguimos descubriendo de la mano de Jodorowsky que el Tarot no es simétrico, pues todo arte simétrico es profano, verbi gratia: “en una visita al antiguo palacio imperial de Japón el guía indica y recalca: ningún muro está construido en línea recta, ninguna ventana o puerta está dividida en cuadros simétricos. Para los japoneses la línea recta y la simetría son una representación demoníaca”.

La vía del Tarot es por lo tanto un libro de libros, un vía de aprendizaje donde el tiempo no importa. Interesante para conocerse, interesante para descubrir, interesante para volver a la misma conclusión de nuevo: todo está en ti, solo que una ayuda como esta se agradece eternamente.

Vicente Corona

TAROT

Autor: Alejandro Jodorowsky
Titulo: Yo, El Tarot.
Editorial: Siruela, S.A., 2004 . Colección Libros del Tiempo nº 191
ISBN: 84-7844-819-5


EL TAROT

Fantástica obra poética de Jodorowsky. El Tarot, lo esotérico, lo oculto y reservado, lo que se aprende con el tiempo regalado desde las profundidades del ser. Este libro, acompañado por La Vía del Tarot, que también se reseña, forma un compendio de lo que para mi, sin ninguna duda, es una obra equiparable al I Ching.

Poesía que le arranca a lo oculto perlas que pertenecen a la tradición oral para ponerlas en papel y ser vistas, palpadas, acunadas entre las manos. Es como tocar una parte de lo último, del después y del ahora, de lo que fue. Una suma, toda una suma, pues el Tarot suma, no resta, como dice Jodorowsky.

Creación, poiésis griega, el mensajero de lo esencial haciendo de todos los caminos mi camino: LE MAT, EL LOCO. La carta cero, el inicio del Tarot. El Loco empujando hacia el fin, lo último, hasta LE MONDE, EL MUNDO, la carta número XXI: “donde has aprendido a servir, donde has aprendido a amar, donde has aprendido a crear, donde has aprendido a vivir.”.

Este libro, Yo, el Tarot, está plagado de poesía mántrica, para ser recitada en silencio, mientras se observa, pues de eso se trata, de observar, de mirar una y mil veces y un millón de veces la misma cosa, que cambia y cambia sin parar. Descubrir es la palabra.

Carta a carta Alejandro nos invita a ser lo esencial, a transgredir los rituales de la mente, a abrir los ojos cada vez más lejos, a unir los opuestos. Recitaciones que retumban en la cabeza diciendo: “la ley que dicto la obedezco yo primer;, te enseño a darte aquello que mereces; expulso a los jueces implacables y curo sin castigar;….no irás por los senderos de los otros, engendrarás tu propio camino; sólo trabajarás en aquello que te cambie.”

Y así nos sigue llevando con su verbo por caminos que emocionan, por caminos por los que todos hemos pasado y pasaremos, una y mil veces: “ caminando hacia dentro vuelvo a mi propia fuente (el Ermitaño, L´hermite, carta VIIII); aprendiendo a callar encuentro en mi mismo lo que ha sido olvidado; acepto los fracasos; no pidas que te amen, tu eres el amor.”

Toda una viva y una muerte para ser vividas: “la muerte y el nacimiento son cambios aparentes; no sólo el mundo va cambiando sino también el ojo que lo mira; obtengo la ignorancia de mi misma, que es el conocimiento del mundo; la mente debe extinguirse a sí misma.”

Un libro para tener, para guardar, para mirar, un libro al que sonreírle pues es reconocer en momentos de búsqueda y angustia y crecimiento que lo que buscas está en ti, siempre ha estado en ti. Vicente Corona