viernes, septiembre 26, 2008

Enfadada por los ancianos

Sigo leyendo el libro de Julia Neuberger llamado ‘Todavía no estoy muerta’. La autora esta muy enfadada por la manera en que los ancianos están marginalizados en la vida cotidiana del Reino Unido. Su lista de objetivos es formidable. En particular esta enfadada con las compañías de seguro que no quieren asegurar a la gente que trabaja voluntariamente. También condena la falta de mujeres mayores en revistas, la televisión y incluso la política y dice que muestra ‘el miedo de envejecer y experiencia por parte de la gente joven’. Dice que aunque casi 1.8 millones de ancianos viven en pobreza en Gran Bretaña el grupo non gubernamental llamado Age Concern es demasiado educado para montar una campaña para ayudarles. Critica a la mayoría de las agencias de voluntariado por la manera en que intentan defender a los ancianos y sus campañas para que reciban un tratamiento más justo. Uno de sus objetivos que me sorprende son los abonos gratuitos para la gente con 60 años o mas que siguen trabajando. Dice que el gobierno podría usar el dinero para ayudar la gente mucho más mayor con más necesidades.

Opina que la discriminación contra los ancianos esta en todas partes. Dice que tener una edad fija en que la gente tiene que jubilarse debería estar prohibido. En sus palabras dice que es ‘una perdida de talento y conocimiento’ obligar a la gente que se jubilan y obligar a la gente para jubilarse puede causar dolor y mala salud. (¡Aparentemente la plantilla de la cámara de los Lores tiene que jubilarse con 65 años a pesar de que la edad media de los Lores debe ser mucho mayor que 65!). Reconoce que algunas personas están contentas jubilarse pero dice que la gente debería tener el derecho para seguir trabajando si son capaces y quieren hacerlo y cree que son la mayoría – algo que dudo mucho.

Neuberger critica la manera en que los ancianos están cuidados en el Reino Unido. Dice que la provisión de cuidados para personas mayores es insuficiente, sin sentimiento y falta de consistencia. Estaba sorprendida escuchar tantas historias positivas sobre asilos, sobre todo los que están bajo la dirección de organizaciones voluntariado pero también esta horrorizada por los problemas del sistema nacional lo cual no tiene dinero suficiente y tiene muchos trabajadores sin formación especializada en cuidar a los ancianos. Propone que los residentes en asilos deberían estar más implicados en dirigirlos, y que el coste debería esta compartido entre el estado y el individuo.

Un descubrimiento para mi es que con 95 años el estado de nuestros órganos estará probablemente igual que con 75 años. Entonces parece que el proceso de envejecer esta parada para la gente con casi 100 años. Aunque eso no me da muchas ganas para llegar a esa edad. Neuberger comenta en su libro que la gente con más de 100 años mueren rápido porque les dejamos morir pero que la gente con 85 años mueren despacio porque la sociedad no les deja morir rápido.

Escribiré más sobre este libro apasionado y compasivo, pero por ahora no.

B.R.