martes, marzo 14, 2006

El envejecimiento y la tendencia a irritarse

Mi mujer me sugirió escribir sobre esto. Ojala no supiera porque. Quizás soy un caso especial pero creo que en realidad no soy el único. Los asuntos que nos irritan pueden ser insignificantes pero detrás hay frustraciones y estrés latente esperando una oportunidad para explotar. Así que una persona bastante simpática y comprensible (bueno eso es mi fantasía de cómo soy) cuando el volcán estalla se convierte en un tigre feroz...ó algo así.

Mi padre fue un hombre amable y educado – un caballero de primera clase, la gente decía. Le costaba decidirse en asuntos controvertidos, como una vez me dijo, siempre sopesaba todos los puntos de vista. Un día fuimos a una tienda juntos y me di cuenta de que no estaba contento. No me acuerdo de que se trataba pero este hombre tranquilo y bueno estaba de repente furioso con el dependiente quien había fallado en algo. Me pregunte entonces porque se había comportado tan fuera de su carácter. Ahora lo sé. Fue la irritabilidad y en eso parece que sigo los pasos de mi padre.

Suele ser las cosas sencillas y rutinarias que provocan el enfado en los mayores. Esta relacionado con el hecho de la edad – alguien que te trate con condescendencia, y en vez de sonreír con resignación como siempre, expresas como te sientes. Reconozco la misma irritabilidad en gente de cualquier edad, pero especialmente en los jóvenes. Puede aumentar poco a poca. Tus padres ó tus profesores te han estado fastidiando sobre cada cosa hasta que se presenta una oportunidad para enfadarse y explotas.

Tal vez eso es otro enlace entre los jóvenes y los mayores. Siete ó setenta – y estas afectado por el mismo síndrome. ¿Que se puede hacer? Mantener el autocontrol por supuesto, comprensión de los demás y perdonarte a ti mismo si es necesario.

Pero explotar en ciertas circunstancias puede ser también divertido. ¡Y por lo menos te hacen caso!

Bryan