domingo, noviembre 19, 2006

El TIEMPO Y LA VIDA

EL TIEMPO Y LA VIDA


Lo expresado anteriormente sobre el Tiempo y su protagonismo en la vida del Empresario, podría aplicarse, evidentemente, a cualquier otra profesión, oficio o trabajo, en el que el tiempo constituya el condicionante principal o lo que es lo mismo, la gran obsesión que obnubila y llega a anular las demás facultades del hombre. La libertad ante esta esclavitud consistirá en descubrir que el tiempo tiene otras caras no esclavizantes. Que el tiempo no mande en mí sino que sea yo quien controle mi tiempo. Tarea defícil, pero posible y determinante en mi busqueda de felicidad.
Entender y apreciar por encima de todo la libertad en el consumo del tiempo debe amortiguar por sí mismo, e incluso rescatar en el hombre la acción depredadora del tiempo originadas por su mal uso.
Esa es la intención que me impulsa a reflexionar sobre este tema, sin ninguna duda trascendental, para el transcurso de nuestra vida.

Es incuestionable que nuestra existencia está condicionada por el Tiempo. El óvulo fecundado, origen de nuestra vida, necesitó un tiempo para convertirse en criatura; luego, los años, nos modelaron como adolescentes para más tarde esculpir nuestra maduración ; el tiempo, pues, ha seguido siempre adherido a nuestros ciclos de vida, y ahí estará hasta el consumo total del tiempo que a cada uno le corresponda. Si esa realidad es inevitable, la única salida posible es tratar de convertirlo en nuestro aliado y no hacer de él nuestro enemigo.

LA MEDIDA DEL TIEMPO.
Como ya he dicho, los hombres han consensuado que el tiempo se mida por las fracciones del reloj. Es, sin duda, una forma objetiva de cuantificar lo esencialmente pasajero. Es la posibilidad que ha encontrado la sociedad de ponernos de acuerdo para etiquetar las fracciones de la existencia transcurrida o venidera.
Yo, en cambio, tengo la convicción de que mi tiempo está controlado por los latidos que efectúa el músculo-motor de mi corazón; que dependo exclusivamente de ese motor, fuente de vida y, por consiguiente, que me queda el tiempo que le quede a mi corazón de soportar el esfuerzo que supone al riego de todo mi sistema circulatorio segundo a segundo.
Puede que esto sea una simpleza; pero yo testifico que sólo ahora, de viejo, descubro que esa visión personal cambia radicalmente el sentido de mi vida
Es lo que ocurre con aquellos individuos que sufren una enfermedad que amenaza sus vidas. Todos ellos coinciden, y nos relatan, que sus vidas cambian de perspectiva y, en ese nuevo modo de mirar y de considerar su futuro, descubren tardíamente que el tiempo se erige como el valor supremo, el mayor tesoro. Muy distinta será la visión de quienes tienen, por su juventud <> o la de aquellos que van cumpliendo la secuencia de los imparables ciclos de su vida sin llegar a plantearse que el tiempo se escapa, desaparece, dejando escasas huellas.

Lo dicho confirma el concepto relativo que cada uno tiene del tiempo y, por ello, aconsejo e insisto en lo obligado que resulta pararse y considerar, sin miedo, que en el último segundo del tiempo concedido habrán concluido definitivamente todas las opciones que en su día se nos presentaron como posibles.
Seguramente este ejercicio nos hará considerar lo importante que es conocer el aprovechamiento que cada uno hace y cual debería hacer de su propia vida..
Sólo desde ese punto de vista se puede entender la frase de Séneca: “Todas las cosas nos son ajenas: sólo el tiempo es nuestro”. La necesidad de plantear mi futuro, abrir las ventanas al tiempo que me queda, es un ejercicio muy liberador. Aunque el tiempo es mío no puedo dilapidarlo dejando al azar la oportunidad de disfrutar las sabrosas migajas de felicidad que todavía puedo encontrar en el camino hacia a mi inexistencia.

LAS TRES ETAPAS DE LA VIDA

Hablamos de que hay un tiempo para crecer, para madurar para envejecer, para transcurrir por la vida.
Pero no podemos olvidar que de la mano del tiempo también transitamos periodos de inocencia, de amor, de olvido, de odio, de perdón, de disfrute o de sufrimiento que van jalonando las distintas secuencias de la vida.

Yo opino que la vida humana tiene tres grandes etapas, tres ciclos, que marcan definitivamente nuestra existencia.
o La etapa de la configuración de la persona
o La etapa del rendimiento..
o La etapa de la madurez...

Si se me permite, yo compararía estas etapas con las que efectúa un árbol o una planta en su constante crecimiento: nace de una semilla germinada, pasa años formando sus raices que se encargarán de configurar su estructura vegetal cada vez más fuerte, hasta que, llegado el momento, y polinizada la flor, dará el fruto dentro del cual se encuentran las semillas fuentes de otras vidas. La difusión de esas semillas es tan fundamental , que de su adecuada expansión dependerá la supervivencia de su especie.
Conviene subrayar que todas las etapas son primordiales e imprescindibles para el cumplimiento de su ciclo vegetativo y que, aunque se repita anualmente la etapa de fructificación, el tiempo se encargará de que, llegado a su inevitable envejecimiento, el árbol dejará de dar fruto para proporcionar sólo sombra y más tarde, leña.

ETAPA DE CONFIGURACION

En la primera el individuo se moldea como persona: se forma físicamente, desarrolla su inteligencia, adquiere sus conocimientos, sus aptitudes y sus cualidades intelectuales y éticas. En este período se creará la base de lo que será su papel en una sociedad donde le espera la difícil tarea de encontrar el hueco que él mismo ha de configurar. En ella se asentará su propia personalidad y su sentido de la responsabilidad.
Obviamente, es la etapa en que el individuo necesita ayuda: sus padres, la escuela, el sistema de enseñanza que se le aplique son la base de su posterior adolescencia y adultez; el camino que se elija para su formación intelectual y humana, determinarán sus posibilidades de afrontar las etapas restantes en una sociedad cada vez más heterogénea y competitiva.
Me traicionaría a mi mismo si no hiciese mención especial a la importancia que tiene, en esta etapa, el tiempo que se dedique a cuidar que la mirada del joven se eleve por encima de la visión utilitaria , estándar y productiva , tan recordada machaconamente por las ideologías liberales.
Despertar en el adolescente la curiosidad por saber; activarle el gusto por el conocimiento, por la belleza, y por la infinidad de logros que el hombre ha ido consiguiendo durante su historia; hacerle consciente de lo que hereda de quienes le precedieron aprendiendo a valorar las huellas que el hombre ha ido dejando en su camino atraves de las civilizaciones, y, sobre todo, hacerle caer en la cuenta de que vive en un mundo donde él es una célula de un conjunto y que debe contribuir a que las demás participen por igual en el desarrollo del mundo desigual que le ha tocado vivir.
Es la etapa de aprender a ser solidario, no sentirse aislado; a disfrutar de la compañía, descubrir la amistad, la infinita dimensión del amor.
Son, al fin, las herramientas y las bases que le servirán para que se sienta seducido por la aventura de la vida que él mismo ha de elaborar, día a día, para su propio provecho.
Ante quien piense, sin conocerme, que deambulo entre nubes, me reafirmo en que éstos son los cimientos, y no otros, los que, en mi larga experiencia, he comprobado como imprescindibles para afrontar el tiempo de exigencia “productiva” que le aguarda. Un mundo difícil donde no le faltarán desaprensivos que no le dificultarán el camino para encontrar su propia felicidad.
Aun más: cuando su tiempo sea realmente suyo, cuando le llegue la hora de su jubilación, podrá acudir sin duda a esa despensa de ” saberes “ que sin duda, serán sus herramientas para afrontar con optimismo la etapa más difícil de su existencia.
Arribar a la etapa de la madurez sin un bagaje de aficiones, de interes por conocer, sin deseos culturales, dificultará la ilusion de recuperar el tiempo para vivir mejor la libertad recuperada y hará imposible iniciar la última etapa lejos de la temida depresión.
Creo que no voy descaminado al afirmar con cierta rotundidad que una feliz madurez se prepara desde una bien cimentada juventud.


ETAPA PRODUCTIVA

Comprende aproximadamente la edad entre los veinticinco y los sesenta años; aunque la capacidad física e intelectual pueden alterar sin ninguna duda este periodo totalmente aleatorio. En esta etapa se materializa la lucha contra el tiempo. La persona se convierte en el constructor, a la vez que actor, de su propia vida.
Es el ciclo del trabajo, del esfuerzo, del rendimiento, de la producción,
Ocupa aproximadamente un tercio de nuestra existencia que, inevitablemente, se verá plagada de prisas, de urgencias, de atosigamientos, de acelerones y, las más de las veces, de apuros contra el tiempo.
Es la etapa de las responsabilidades. La familia, la empresa, las amistades, los demás ,caen bajo el paraguas de su responsabilidad

Pero también es la etapa de la plenitud del amor y, tal vez, del desamor, del desarrollo personal, de la familia, de los hijos, de la diversión y del aburrimiento, de la amistad y la enemistad, de la lealtad y de la ignominia. Tampoco estarán ausentes las sorpresas de una humanidad que le desvelará las distintas caras de la vida. En ella, sin ninguna duda, le acompañarán las ilusiones y las decepciones, los éxitos y los fracasos; que de todo habrá..
Mas aun, el tiempo de madurez se le echará vertiginosamente encima y nuestro individuo tendrá pocas posibilidades de reencontrarse consigo mismo para rectificar cualquier camino equivocado por el que ya transite.
Advierto: la ruta es dura y, si se es fiel a los principios de la ética personal, el camino es tan dificultoso que la tentación de abandonar y tirar por el atajo de la perversidad de los propios principios, llega a ser agobiante.
Y aviso: cuando el tiempo de mirar hacia atrás tenga más recorrido que mirar hacia el futuro, caminar en compañía de una limpia conciencia será básica para afrontar con serenidad el inevitable ocaso de su vida.

UN PARÉNTESIS
Como un paréntesis me gustaría insistir en aquello que considero imprescindible para quien se encuentre en plena etapa productiva: vivimos en un mundo tan incierto y cambiante que resulta peligroso no estar atentos a la realidad, o, lo que es lo mismo, el peligro de cerrar los ojos ante un mundo en el que se impone como máximo valor el conocimiento.
Las viejas técnicas en la orientación y la gestion de la empresa se manifiestan cada día más obsoletas. Para los empresarios la localización de los mercados es hoy el mundo entero. Para los profesionales, para los investigadores,incluso para los intelectuales, el aislamiento y el secretismo ya no tiene sentido La globalización requiere aprovechar los medios que ella misma nos proporciona. Pasó la época en que el desconocimiento era excusa casi insalvable. Hoy no hay disculpas para dar la espalda a los avances tecnológicos que derivan, afortunadamente, en un intercambio de las ideas y de experiencias antaño cicateramente ocultadas.
No se puede ignorar que las nuevas tecnolgías, la investigación deben estar presentes en el desarrollo de cualquier empresa.

(Recomiendo vivamente, especialmente a los responsables y directivos de empresa, el Blog del profesor Pedreño. http://opiniones-personales.blogspot.com/ Con más conocimientos que yo se afana en estas inquietudes y no ceja ante las realidades que, por su profesión, detecta día a día).