Lola                               Peiró nos ofrece información biográfica                               sobre 
          Pío Baroja
          en relación con su obra 
  Zalacaín                               el Aventurero 
Este don Pío de boina calada y ojos tan vivaces como los de un halcón, nació de familia vasca, los Baroja, y lombarda (los Nessi). Su padre, junto a otros familiares, se dedicó al negocio de la imprenta. Pío fue el menor de tres hermanos, pero años más tarde nacería una niña, Carmen, que habría de ser la compañera inseparable de nuestro autor. Si de singularidades habláramos, don Pío Baroja sería un buen ejemplo, y por ser tan singular gozó de controvertida fama : odiaba el servicio militar y, sea como fuere, se libró de él; fue un pésimo estudiante, incluso en la Facultad, y no por torpeza, sino por el escaso interés que le suscitaban las materias "programadas"que le salían al paso. Aun así, consiguió acabar sus estudios de medicina en Valencia, y allí fue también conocido por su natural gruñón y arisco; decían sus compañeros que nunca simpatizó con ningún profesor y, además, fue muy crítico con todos ellos. De igual manera ninguna profesión era de su gusto, y sólo le complacía escribir.
Su estancia en Cestona ejerciendo                               como médico, tampoco fue gloriosa: discutió                               con el viejo doctor que trabajaba con él, se                               peleó con el alcalde, con el sector católico                               y especialmente con el párroco, que le acusaba                               de trabajar en el jardín durante el domingo                               y de no ir a misa, por otra parte habitual en él                               por ser ateo. Tímido, retraído y misógino,                               nunca se casó. Es éste un retrato en                               verdad anguloso y crispado; sin embargo, con frecuencia,                               nos ha sorprendido con descripciones deliciosamente                               poéticas en medio del fragor de sus temas,                               aventureros unos, repletos de pesimismo otros… 
        
Al fin se estableció en Madrid                               en donde su hermano regentaba una panadería                               (Viena Capellanes) que les dejó en herencia                               una tía, y abandonando la medicina, entró                               a trabajar en el negocio del pan. Conoció a                               los escritores del momento y tuvo también irónicos                               encuentros con algunos de ellos: Rubén Darío                               bromeó diciendo que los escritos de Baroja                               tenían "mucha miga", a lo que respondió                               el aludido:"También Darío es escritor                               de mucha pluma, se nota que es indio" Cosas de                               don Pío. Y para acabarlo de perfilar, diremos                               que simpatizó con el ideario anarquista, aunque                               sin militar, y abominó del nacionalismo vasco                               al igual que Unamuno; y también de la Santa                               madre Iglesia, como hemos dejado dicho… 
        
En Vera de Bidasoa restauró                               un hermoso caserío (el de Itzea) que utilizó                               para instalar su amplia biblioteca sobre brujería                               y ocultismo, fondos que fue recogiendo a lo largo                               de los múltiples viajes por toda Europa. Y                               en cuanto a los difíciles años de la                               guerra y periodo posterior, tuvo que soportar exilio                               y a su regreso, la turbadora censura, de la que nadie                               escapó.
        
Murió en 1956 y fue enterrado                               en el cementerio civil a causa de su reconocido ateismo,                               ateismo que causó gran escándalo en                               la España oficial. El féretro fue llevado                               a hombros, entre otros, por Hemingway y Cela. 
        
Poco se escribió en la prensa sobre su fallecimiento, y sólo los estudiantes universitarios madrileños lucharon para que saliera en algún periódico audaz, una esquela en la que la cruz usual de los cristianos estuviera ausente, como a él le hubiese gustado. Con él se llevó, además del espíritu aventurero, su escepticismo, su percepción de un mundo carente de sentido, su desconfianza en el ser humano…, pero nos ha dejado todo el testimonio escrito de un hombre que fue mucho, mucho más que todo eso.
Valga este esquemático perfil                               para que, al entrar en sus lecturas, las entendamos                               mejor. Ver los comentarios de Lola                               Peiró sobre una de las obras de Pío                               Baroja, Zalacaín                               el Aventurero.
        
OTRAS OBRAS DE PÍO BAROJA: - Vidas sombrías, (1900)- TIERRA VASCA- La casa de Aitzgorri (1900) - El mayorazgo de Labraz (1903) - Zalacaín el aventurero (1909)- LA VIDA FANTÁSTICA. - Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901) - Camino de perfección (1902) - Paradox Rey (1902)- LA LUCHA POR LA VIDA - La busca (1904) - La mala hierba (1904) - Aurora roja (1905)- El árbol de la Ciencia (1911) - Memoria de un hombre de acción (1913 - 1935) (22 volúmenes, basada en el conspirador Avinareta) - Desde la última vuelta del camino (1944 - 48) Sus Memorias.  | 


Ver también: Resúmenes de novelascon comentarios e información biográfica sobre escritores de Lola Peiró

Lecturas juveniles con reseñas hechas por estudiantes de secundaria
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