Wednesday, November 22, 2006

EL PODER

Autor: Federico Jiménez Losantos
Titulo: De la noche a la mañana.
El milagro de la COPE.
Editorial: La Esfera de los libros. 2006
ISBN: 8497345495


EL PODER Y LOS MILAGROS DE LA IGLESIA

Un retrato del poder es lo que hay en este libro de Jiménez Losantos, y como todo relato de poder, escrito por una de las partes implicadas en la lucha, es parcial. Parcial no significa que no sea entretenido, ni agudo, ni inteligente. Parcial significa que está incapacitado para ser imparcial, es decir: que lo suyo es lo válido y que los demás no sólo se equivocan sino que son mezquinos.

El “poder”, en este jugoso libro, enfrenta a La Conferencia Episcopal, A Jiménez Losantos, a Polanco, a PRISA, a Aznar, al PP, a Zapatero, al PSOE, a Vocento (ABC) y de pasada a la Casa Real española.

Imaginen, por un momento, con tal número de actores, cuántas opiniones se pueden emitir reclamando la verdad, LA GRAN VERDAD, LA UNICA VERDAD. Y lo bueno de este libro es que cada uno de estos actores se arroga la defensa de los grandes valores del Estado: la defensa de la democracia y la unidad de España.

Con las licencias que dan la lectura del libro y cómo análisis particular y no último ni único se me ocurre dividir a los actores que aparecen en este libro del poder en dos ámbitos.

Primero: los generalistas del poder, muy observadores, mediadores por su naturaleza material débil, pero que sustentan su poder en la fe y en la historia. Estos son: La iglesia Católica, representada en este libro por la Conferencia Episcopal (propietaria de la COPE), y la Monarquía española.

Segundo: los actores estratégicos del día a día, particularistas, mercantilistas, los que sustentan, otorgan y cambian las leyes del gobierno de una nación, los que piensan en el por qué de las cosas y los que cuentan con la materia como aliado. Formadores de opinión. Estos son y en orden de importancia: Prisa, PSOE, PP, Zapatero, Aznar y Vocento.

El libro de Losantos disecciona las diferencias ideológicas dentro de la Conferencia Episcopal: obispos nacionalistas catalanes y vascos, obispos ultraconservadores, obispos de izquierdas, unidos todos por un punto de inflexión: no escandalizar, trabajar en silencio, casi sin ser vistos. Impolutos seres divinos defensores de la verdad de la Iglesia, que no la verdad crística. Aumentar el número de fieles a su cadena de radio con un fin captador conjuntado con el gran recaudo publicitario que eso conlleva: educar, fidelizar y recaudar son sus ejes.

En el caso de la Monarquía, ofendida según Lozano, con los comentarios del locutor, su fin es más publicitario que otra cosa. A la monarquía no le gusta que el locutor de la COPE hable, o deje entrever, los devaneos amatorios de Su Majestad, pues afectan al buen nombre de la institución (aunque todos los españoles lo sepamos), a la Monarquía tampoco le gusta que el locutor hable de su falta de responsabilidad cuando una presidenta del parlamento catalán dice que el Rey paró el golpe de estado del 11- M que quiso dar el PP acusando a ETA. Por otra parte a la Monarquía si le gusta que la COPE no trate mucho el tema del divorcio de la Princesa Leticia, que se casaba por el rito católico pues así lo exige el concepto de Estado español. Todo un ejemplo del que no habla J. Lozano de estar a bien con Dios y el Diablo: la Iglesia no critica a Leticia, Losantos rebaja la critica y la monarquía le ofrece a la COPE información de primera mano. La historia de la Iglesia y la Monarquía de la mano.

Y así pasamos a la crítica que hace de PRISA y el PSOE, acusados de casi todo; a la crítica de Aznar por ejercer un poder omnipresente, a la crítica de Vocento por vender su alma conservadora católica y monárquica a Prisa, a la crítica del PP por ostentar la mácula de la impavidez. Todo un despliegue interesante e intrigante, sin ninguna duda, contra los enemigos de J. Losantos que no la Iglesia.

De manera, y ya para concluir, que la impresión que queda de este libro es: que se recomienda su lectura, que en su lectura uno descubre muchos entresijos de los que no sabemos nada y que afectan al funcionamiento del país, que las críticas que se hacen son de mucho interés pero que también habría que escuchar a las otras partes que seguro pueden darnos detalles en abundancia, que el único actor que se salva de la quema es la Iglesia. Y es aquí donde uno se hace la máxima pregunta y donde observa la gran imparcialidad: por qué se ataca de manera tan carnicera a los demás y no se habla de los escándalos de la Iglesia, de su pederastia creciente, de sus alianzas con dictadores de América Latina, de sus escándalos bancarios. Cuando eso ocurra, Federico, entonces, y solo entonces te diré que eres justo.

Vicente Corona
B.a/M.A International Relations
The Johns Hopkins University, SAIS

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