Muchos expertos creen que todavía hay numerosos retos por resolver para que la adopción generalizada de los vehículos autónomos y sin conductor pueda llegar a ser una realidad y pronostican una transición más bien lenta a lo largo de las próximas décadas.
Otros, sin embargo, creen que los coches autónomos serán algo habitual en 2025 y que habrán reemplazado a la práctica totalidad de los vehículo actuales en 2030. Esto supondría un cambio radical capaz de eclipsar a cualquier otra innovación experimentada por nuestra sociedad.
Cómo será la transición
La transición ya ha comenzado y podría completarse en 2020
- Elon Musk, CEO de Tesla Motor, los modelos de Tesla podrán conducir de forma autónoma el 90% del tiempo.
- Según Bloomberg News, el Cadillac que presentará General Motors en 2017 será capaz de tomar el control de la dirección, la aceleración y el frenado tanto a velocidades de autopista o como en atascos de tráfico.
Y tanto Google como Tesla predicen que los coches completamente autónomos –los que Musk describe como aquellos en los que literalmente podríamos entrar en el coche, echarnos a dormir y despertar al llegar a nuestro destino–, estarán disponibles al público en 2020.
En este vídeo se puede ver uno de los prototipos de Google conduciendo de manera autónoma:
Podría producirse más rápido de lo esperado
Los expertos del sector creen que la adquisición de vehículos autónomos por parte de los consumidores será lenta. Sin embargo, esto no tiene por qué impedir o frenar la transición, dado que:
Los consumidores se han mostrado favorables al cambio: estudios recientes indican que los consumidores estarían encantados de utilizar los coches autónomos si estuvieran disponibles. Según una encuesta realizada en los EE.UU.:
- El 60% de los adultos encuestados afirmaron que viajarían en un coche autónomo.
- Y cerca de un 32% afirmaron que dejarán de conducir en cuanto puedan disponer de un coche autónomo.
Los vehículos en propiedad podrían disminuir considerablemente en favor de los modernos servicios de compartición de vehículos: un estudio de Morgan Stanley indica que sólo conducimos un 4% del año. Muy poco tiempo para un gasto tan elevado, si tenemos en cuenta el precio de los vehículos, el seguro, los gastos de mantenimiento, etc.
No es de extrañar que los diversos servicios de compartición de vehículos que han ido surgiendo en Internet, como Uber o Blablacar, ganen adeptos cada día en numerosos países.
Para alguien que vive en una ciudad y no conduce habitualmente es mucho más barato compartir vehículo cuando lo necesita que tener uno en propiedad.
Uber ha confirmado que adoptará los nuevos vehículos: su CEO, Travis Kalanick, ha declarado recientemente que Uber reemplazará todos sus vehículos por otros autónomos en cuanto sea posible.
Podría variar considerablemente de unos países a otros debido a cuestiones legales
Mientras en países como EE.UU. Uber gana más adeptos cada día (en Nueva York, la compañía de Internet superó en marzo de este año a los tradicionales taxis amarillos), en otros países de tradición más proteccionista la compañía se está encontrando con numerosas trabas legales para poder ofrecer su servicio a los consumidores:
- En España, por ejemplo, un juzgado de Madrid ha obligado a Uber a interrumpir su actividad y el uso de su aplicación como medida cautelar, ante la denuncia del gremio de taxistas.
- Y en otros países, como Italia o Brasil, la justicia ha bloqueado el uso de la aplicación.
La evolución en el uso de los automóviles por parte de los consumidores podría variar considerablemente dependiendo del resultado de los diversos litigios abiertos en los diferentes países y, con ella, variaría también la adopción de los vehículos autónomos.
Cómo será el futuro con los vehículos autónomos
La implantación de los coches autónomos traería consigo numerosas ventajas, pero también graves inconvenientes.
Entre sus ventajas:
- Resolvería gran parte de nuestros problemas ambientales, dado que tienden a ser vehículos eléctricos que no contaminan, hasta tal punto que podría revertir la tendencia del calentamiento global y reducir drásticamente nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
- Evitaría decenas de miles de muertes anuales, al reducir los accidentes: se estima que la reducción podría ser de hasta un 90%, según Morgan Stanley.
- Incrementaría nuestra producción, dado que podríamos emplear el tiempo de travesía en hacer otras cosas.
- Y podría dar lugar a la aparición de nuevas empresas y sectores completos que ahora mismo ni siquiera podríamos imaginar.
Principales inconvenientes:
Debido a la implantación de los vehículos autónomos se prevé:
- Una destrucción masiva de empleos sin precedentes.
- Y, con ella, la necesidad de reestructurar gran parte los fundamentos de la economía tal como la conocemos.
Por qué la adopción generalizada podría destruir millones de empleos en todo el mundo
Los principales fabricantes de automóviles como General Motors, Ford y Toyota podrían no sobrevivir al cambio:
- Están orientados a producir millones de coches en docenas de variedades diferentes para satisfacer el gusto individual d los consumidores y es probable que no puedan hacer frente a semejante disminución en las ventas.
Según algunos expertos, la mayoría podrían quebrar en 2030 , mientras que otros como Tesla podrían sobrevivir con un menor número de ventas, ofreciendo modelos estandarizados y con menos opciones, para abastecer la flota de operadores como Uber.
Si los fabricantes de automóviles caen, las industrias auxiliares caerán con ellos:
- Las aseguradoras, las financieras, los parkings, los fabricantes de accesorios para automóviles… todos se verán afectados.
Los vehículos autónomos también llegarán a otros sectores
- Los camiones, los autobuses, las excavadoras, las furgonetas de reparto… Los conductores profesionales desaparecerían en todos y en otros sectores relacionados. Sólo en los EE.UU. hay cerca de 6 millones de conductores profesionales y alrededor de 915.000 empleados en la industria automóvil. Y todos esos empleos desaparecerían en unos 10-15 años.
En cualquier caso, no todo será negativo
Es evidente que será necesaria una reestructuración de la economía y el cambio hacia una economía diferente será traumático, pero el resultado no tiene por qué ser negativo.
Independientemente de la destrucción masiva de empleos y la desaparición de sectores completos, habrá nuevas invenciones y descubrimientos que, probablemente, darán lugar a la creación de nuevas industrias que todavía no podemos imaginar. Y con ello, surgirán nuevos empleos.
Por otra parte, al desaparecer la necesidad de tener un automóvil en propiedad, los consumidores se ahorrarán el importante gasto que supone la compra de un vehículo y todo ese dinero estará diponible en sus bolsillos para gastar e invertir. Eso podría marcar el comienzo de una era de eficiencia, innovación y creación de empleo sin precedentes.
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Pues en mi opinión los inconvenientes son muy positivos o ¿acaso nos lamentamos de que la maquinaria vaciara el campo de trabajadores? ¿Queréis volver a doblar el lomo?