¿Te has planteado mudarte al rural? En España hay pueblos enteros a la venta, cada vez más baratos

El rural en España está cada vez más despoblado. Los jóvenes llevan años abandonando sus pueblos de origen para mudarse a las grandes ciudades en busca de trabajo y nuevas oportunidades. En muchos casos, sólo algunos ancianos se resisten a irse, pero a medida que van muriendo, dejan pueblos completamente desiertos. La cifra de pueblos abandonados asciende ya a unos 3.200 en toda España. Ahora, muchos de ellos están de oferta, pudiendo proporcionar una opción de vivienda barata para aquellos, obviamente, que estén dispuestos a irse a vivir al rural.

Aldea gallega en venta
Aldea en venta en Galicia / Fuente: aldeasabandonadas.com

En el norte de Europa, la Revolución Industrial llevó a la gente a mudarse a las grandes ciudades hace siglos, pero en España, la migración empezó mucho más tarde: a mediados del siglo XX. La primera oleada se produjo después de la Guerra Civil, a finales de la década de 1930. España quedó destrozada por la guerra, lo que impulsó a mucha gente a irse en busca de una vida mejor, mientras que otros se vieron obligados a irse por motivos políticos para salvar su vida. La segunda oleada se produjo tras finalizar el período de dictadura militar en 1975. Y ahora se está produciendo una tercera oleada como consecuencia de la crisis. Esta migración desde las zonas rurales a las grandes ciudades o al extranjero se ha traducido, en muchos casos, en el abandono de pueblos enteros. Y el proceso de desertización de estas poblaciones se agrava año tras año.

Según un artículo de Faro de Vigo, la región más afectada es Galicia, con unos 1.600 pueblos abandonados, seguida de Asturias (con unos 690), Castilla-León (unos 240) y Madrid (alrededor de 160).

¿Cómo se llega a esta situación?

Los primeros en irse son los jóvenes. Muchos de estos pueblos y aldeas están alejados de las zonas urbanas y no están bien comunicados, por lo que no hay muchas opciones de trabajo. Los jóvenes se van a las ciudades en busca de mejores oportunidades, montan allí su vida y vuelven al pueblo sólo en las vacaciones de verano para visitar a sus padres o abuelos. Al haber cada vez menos niños las escuelas acaban por cerrar y hay cada vez menos servicios. Algunos mayores también se acaban mudando a algún centro urbano cercano que tenga centro de salud y otras comodidades. Y cada vez hay más pueblos que reviven en verano, pero en invierno sus habitantes se pueden contar con los dedos de las manos. Con el tiempo, los pocos habitantes restantes envejecen y mueren, sus hijos dejan de ir en verano y el pueblo, completamente abandonado, se deteriora cada año que pasa.

Curiosamente, no todos estos pueblos están tan alejados de las zonas urbanas. Un ejemplo son un par de aldeas a la venta en una de las zonas más bonitas de Galicia, la Ribeira Sacra, con vistas al valle de Lemos, por 70.000 y 90.000 euros cada una. O la zona de A Lama, a unos 35 minutos en coche de Pontevedra.

Cañones del Sil, en la Ribeira Sacra
Cañones del Sil, en la Ribeira Sacra

Y es que, además del éxodo en búsqueda de una vida mejor, la tasa de natalidad en Galicia es una de las más bajas de toda Europa, hasta el punto de que la región podría perder un tercio de su población en los próximos 35 años.

A la busca de pueblos abandonados

Mark Adkinson, un agente de bienes raíces de origen británico ha visto una gran oportunidad en este fenómeno y está recorriendo el campo en busca de propiedades abandonadas para ofrecérselas a compradores extranjeros. Y es que  algunos de estos pueblos se encuentran en enclaves maravillosos, ideales para negocios de turismo rural.

“O Penso”, por ejemplo, un pueblecito cerca de Ortigueira, en el noroeste de Galicia, tiene 40 hectáreas de terreno, seis casas abandonadas, dos graneros y una enorme cuadra para ganado con capacidad para 70 reses. También tiene un pozo de agua y un horno de panadería con chimenea de piedra; y está tan solo a unos 9 km de la costa, en la que hay unos impresionantes acantilados y unas preciosas playas, que son de las mejores de Europa para la práctica de surf. 

La casa de mayor tamaño tiene el suelo de madera y cinco dormitorios con vistas a un huerto con frutales (melocotoneros, higueras, nogales, manzanos y perales). Y en la parte inferior del valle, hay un pequeño río lleno de truchas.

Su precio: unos 215.000 euros negociables.

O Penso no es de los más baratos, teniendo en cuenta que después todavía hay que rehabilitarlo, pero hay pueblos más pequeños en otros enclaves mucho más baratos. Mark tiene una casa a la venta por tan solo 5.200 euros.

En este video puedes ver una de las aldeas gallegas que Mark tiene a la venta en su web «Galicia Country Homes»:

Los compradores son muy diversos, desde jubilados británicos que buscan disfrutar de su retiro en una zona tranquila y rodeada de naturaleza, más al sur de su país, a un Indú interesado en convertir el pueblo en un centro de retiro de Yoga.

Sin embargo, Mark no lo tiene nada fácil. Muchos de estos pueblos llevan vacíos más de 50 años y debe encontrar a los descendientes de los antiguos propietarios y convencerlos para que vendan antes de poner la propiedad a la venta. Muchos de estos descendientes ni siquiera están en España, sino dispersos por los múltiples países a los que emigraron sus abuelos: Venezuela, Argentina, Suiza…

Los hay incluso gratis

Las autoridades ya no saben qué hacer para conseguir repoblar estas zonas, hasta el punto de que algunos alcaldes, como el de Ortegada, un pueblo situado al noroeste de Galicia, han llegado a ofrecer alguna de estas aldeas abandonadas completamente gratis a cambio de rehabilitarlas y darles algún tipo de uso.

La oferta imita a la de tres ayuntamientos italianos que el año pasado pusieron a la venta las casas abandonadas de sus cascos antiguos por 1 euro, un precio simbólico a cambio de comprometerse a rehabilitar las construcciones adquiridas. Y es que esta despoblación del rural no es un problema solo de España.

Para tratar de resolverlo se puso en marcha también hace más de 10 años un proyecto denominado “Abraza la Tierra” que anima a la gente a trasladarse a zonas rurales amenazadas por esta despoblación, especialmente emprendedores cuyo proyecto sea compatible o requiera la vida en el rural, y les ayuda y orienta en la búsqueda del lugar adecuado y a lo largo de todo el proceso de integración.

Sin embargo, por muy barata que sea la oferta, no todo el mundo está dispuesto a dejar las comodidades de las zonas urbanas para irse a vivir al rural.

¿Tú lo harías? Quizá este otro artículo te anime: al parecer, el espacio en el que vivimos puede influir positiva o negativamente en nuestras relaciones de amistad y, como consecuencia, en nuestro bienestar general.

Fuente: nrp

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