La fuente de la juventud: 5 ritos tibetanos para mantenerte joven

5 ejercicios tibetanos que deberíamos practicar a diario para mejorar nuestra flexibilidad y salud en general

Los 5 ritos tibetanos (también conocidos como «La fuente de la juventud«) son 5 ejercicios que mejoran nuestra flexibilidad y equilibrio, estirando y fortaleciendo de manera muy efectiva todos los músculos principales de nuestro cuerpo. Además,  tan solo se tarda 10 minutos en completar los 5 ejercicios.

Es más recomendable practicar los 5 ritos tibetanos por la mañana que por la tarde ya que avivan nuestra energía y no queremos que eso ocurra cerca de la hora de acostarse. Comienza por hacer de 5 a 7 repeticiones diarias para cada rito y, con el tiempo, ve subiendo hasta llegar a 21 repeticiones diarias.

Los 5 ritos tibetanos – La fuente de la juventud

Rito 1

Colócate de pie con los brazos extendidos a los lados y horizontales con respecto al suelo (palmas mirando hacia abajo). Asegúrate de que los brazos estén alineados con los hombros. Los pies deberían estar separados a  la altura de las caderas. Conduce la corona de tu cabeza hacia el techo. Concéntra la mirada en algún punto en frente tuya para poder contar las rotaciones. Rota la cabeza en el sentido de las agujas del reloj hasta sentirnos un poco mareados. 
 

Ir subiendo el número de rotaciones de 2 a 21. Al principio nos sentiremos mareados con pocas rotaciones pero con el tiempo iremos mejorando nuestra resistencia. 
Respiración: Inhala y exhala profundamente a medida que rotamos la cabeza
 
Ritos tibetanos
Consejo: Si te sientes muy mareado puedes juntar las manos entrelazando los dedos a la altura del corazón, y mirar tus dedos pulgares hasta que se te pase la sensación. También podemos agarrarnos a una silla o mesa para una mayor sensación de equilibrio.

Rito 2

Acuéstate recto sobre el suelo (mirando hacia arriba) y extiende los brazos a lo largo del cuerpo colocando las palmas boca abajo y contra el suelo. Si tienes dolores o molestias en la zona lumbar, puedes colocar tus dedos debajo del sacro. A medida que inhalemos, levantaremos la cabeza del suelo conduciendo nuestra barbilla hacia el pecho. Al mismo tiempo, levantaremos las piernas (sin flexionar las rodillas) hasta tenerlas en una posición vertical. Si la flexibilidad nos lo permite, podemos incluso llevar las piernas por encima de nuestro cuerpo (hacia la cabeza). 
Exhalaremos poco a poco a medida que vayamos bajando las piernas y la cabeza de nuevo al suelo (manteniendo las piernas rectas y los dedos gordos del pie juntos).
Respiración: Inspiración profunda cuando subimos cabeza y piernas, y exhalación profunda cuando bajamos.
Ritos tibetanos

Rito 3

Colócate de rodillas sobre el suelo y coloca las manos en la parte trasera de tus muslos (como en la foto). Desliza las manos por los muslos hacia abajo a medida que llevas los hombros hacia atras y la cabeza hacia arriba (mirando al cielo). Es importante arquear la parte superior de la espalda más que la parte inferior. Lleva tu cabeza hacia detrás como si dibujaras una linea recta con la nariz sobre un techo imaginario. Ahora, poco a poco y sin perder la armonía, llevaremos la cabeza hacia adelante hasta estar rectos y repetiremos el movimiento.
Respiración: Inhalar mientras arqueamos la columna y exhalar mientras regresamos a la postura inicial. 

Ritos tibetanos

Rito 4

Siéntate sobre el suelo con las piernas rectas delante tuya y los pies separados unos 30 centímetros entre si. Coloca las palmas de las manos sobre el suelo a cada lado del trasero. Ahora, a medida que dejemos que nuestra cabeza descienda hacia abajo, iremos levantando el torso de modo que nuestros brazos queden rectos y piernas flexionadas casi a 90 grados (como en la foto). Mantener la postura unos segundos y volver poco a poco y sin perder el control a la postura inicial (sentados). Descansa unos segundos y vuleve a repetir el ejercicio.
Respiración: Inhalar a medida que nos levantemos del suelo, aguantar mientras tensamos los músculos y exhalar a medida que regresemos a la posición inicial.
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Rito 5

Acuéstate boca abajo con las palmas de las manos mirando hacia abajo y en línea con lo que sería el cierre del sujetador (o justo por debajo del pecho). Empuja el suelo con las manos y levanta la parte superior del cuerpo rizando los dedos de los pies, levantando el pecho y llevando los hombros hacia atras. Los brazos deberían permanecer rectos. Mira hacia adelante o, si te sientes más flexible, lleva la cabeza un poco hacia atrás llevando la mirada hacia el cielo. Después levanta la cadera y llévala hacia atrás estirando la columna para acabar en posición de perro mirando hacia abajo. Ve alternando entre estas dos posturas para completar el rito.

Respiración: Inhalar a media que levantemos el pecho y miremos hacia el cielo, y exhalar a medida que levantemos la cadera en posición de perro mirando hacia abajo.

 

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