Cómo Warren Buffett y Joel Osteen superaron su miedo a hablar en público

El inversor multimillonario Warren Buffet estaba aterrorizado si tenía que hablar en público. Le aterrorizaba tanto que organizaba y elegía sus clases de la universidad con tal de evitar hablar delante de la clase. Incluso se matriculó en un curso de hablar en público que abandonó antes de comenzar. 

A los 21 comenzó su carrera en el negocio de los valores y decidió que si quería alcanzar su máximo potencial tenía que superar su miedo. Buffet se matriculó en un curso de Dale Carnegie con otras 30 personas que, como él, «tenían miedo de levantarse y decir su nombre». En una entrevista años después le preguntaron a Buffet: «¿Qué hábitos cultivaste en tus 20 y en tus 30 y consideras la base de tu éxito? A lo que Buffet respondió: «Tienes que ser capaz de comunicarte en la vida. Eso es tremendamente importante. Si no puedes hablar y comunicarte con otras personas y que comprendan tus ideas estás echando a perder tu potencial». 

Buffet no es el único y tampoco lo eres tú. La mayoría de famosos y exitosos líderes empresariales luchan o han luchado con el miedo a hablar en público. Y hay 3 maneras muy efectivas de controlarlo. 

  • 1. Gestiona tu miedo 

Los investigadores académicos en el campo de la comunicación dicen que es casi imposible librarnos completamente del miedo. Está arraigado entre miles de años de evolución donde el miedo nos servía para sobrevivir. No debe ser muy agradable que un tigre te esté esperando en la esquina. Y además es totalmente comprensible querer agradar. De hecho los líderes que no suelen estar nada nerviosos a la hora de hablar suelen ser poco exitosos en sus presentaciones precisamente por la poca importancia que le dan a lo que parecen en ese momento. 

  • 2. Reformula tus pensamientos 

El ministro de fama mundial Joel Osteen (ministro de la iglesia más grande y de más crecimiento de EEUU) habla en lugares como el estadio Yankee para más de 40.000 personas a la semana. Dice que la semana antes de su primer sermón en 1999 fueron los peores días de su vida. «Tenía miedo a la muerte», dice. En aquel momento sabía muy poco de hablar o preparar un mensaje. De hecho estaba muy contento de sentarse detrás de la cámara en los sermones de su padre pero cuando éste falleció su familia le animó a ser él el que estuviera ahora en el escenario. 

Osteen no superó su miedo hasta mucho tiempo después. Y las conversaciones que escuchaba no ayudaron. «Una vez oí a dos señoras decir: no es tan bueno como su padre». Y las palabras, dice, son como semillas. Si las dejas vivir en ti echarán raíces y te convertirás en lo que esas palabras dicen de ti». Osteen dice que las etiquetas negativas (las que la gente nos da y las que nosotros mismos nos ponemos) nos impiden alcanzar todo nuestro potencial. 

Yo he oído a muchos líderes decir: 
– Soy horrible dando presentaciones. 
– Me puse nervioso una vez y lo arruiné. 
– Soy un orador pésimo. Nadie quiere escucharme. 
– Les estoy aburriendo. 

Si este es el tipo de frase que te repites día tras día, ¡normal que te pongas nervioso! No puedes controlar lo que los demás dicen de ti pero puedes decidir cómo tomarte esos comentarios. Osteen dijo que esas etiquetas no paraban de aparecer en su mente: «no eres lo suficientemente bueno», «no tienes lo que necesitas», «esas mujeres tienen razón»..Y a medida que Osteen cambió esas etiquetas negativas en positivas su confianza aumentó. «Las etiquetas equivocadas pueden alejarte de tu destino», dice. 

  • 3. Haz lo que temes. 

Y hazlo mucho además. Los golfistas profesionales se ponen nerviosos a 3 golpes de ganar el torneo. Han logrado controlar los nervios precisamente porque han practicado ese tiro miles de veces. Se basan en la memoria muscular para ayudar a manejarlos (no para eliminarlos). 

Pues lo mismo pasa con el discurso público. Cuanto más hables, más cómodo te sentirás. Si solo das un discurso cada 6 meses por supuesto que te pondrás nervioso. Al no hacerlo a menudo no es algo natural en ti. Practica incluso en casa. Que eso de dar discursos esté más presente en tu vida de lo que lo ha estado hasta ahora. 

La inscripción en un curso fue el primer paso para ayudar a Buffet a construir su confianza como orador público. La clave, dijo, fue comprometerse en dar un curso nocturno en la Universidad de Nebraska-Omaha donde enseñó principios de inversión a estudiantes que doblaban su edad. Lo hizo para obligarse a sí mismo a superar ese miedo. Una vez que Osteen decidió ser el nuevo pastor de Lakewood se obligó a sí mismo a predicar cada semana. 

Tanto Buffet como Osteen mejoraron sus habilidades para hablar en público porque lo hicieron una y otra vez. Eres tan exitoso como tus ideas. No permitas que tus miedos se interpongan en el camino de tu desarrollo. 

Yo, como siempre te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea. 

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