Tauro y el Sexo

Con los Tauro en estos temas hay que ser abierto y honesto. Los Tauro buscan la seguridad por encima de todo.

Una buena comunicación pone a los amantes pertenecientes a este signo con una buena predisposición mental.

Un buen consejo es que dejes que tu amante Tauro sepa lo que estás pensando.

La estabilidad excita la conducta sexual de este signo. Su carácter romántico y orientado a la relación y le hace disfrutar sintiéndose amado.

Tauro y el sexo

Detalles sencillos como mostrar afecto, coger de la mano o besos apasionados (cómo besar) encienden la llama sexual de los Tauro. El sexo para un /a Tauro es en última instancia la demostración de la devoción que sienten por la persona que aman.

Dale un baño de regalos a un /a Tauro y tendrás ya medio camino recorrido. El otro vendrá a través del arte, que emplees para cortejar. Los Tauro disfrutan con el lujo, pero también con las baratijas. En realidad, este signo ve el placer como un regalo y el orgasmo es su principal regalo.

Una promesa de lealtad eterna es, sin duda, el mayor afrodisíaco para un /a amante Tauro. No suelen tener muchas parejas en la vida, porque cuando aman lo hacen de verdad y para siempre. Los pertenecientes a este signo pueden llegar a ser extremadamente celosos y posesivos. Un consejo: hay que temer la fuerza del "toro" cuando se enfada (hombres y mujeres Tauro).

Qué le gusta a un Tauro hacer en la cama: son básicos y primordiales les preliminares, el cariño y las caricias. Le encanta que le acaricies el cabello, la cabeza y que le beses en en cuello y la nuca. Son muy tradicionales y lo que les gusta es hacerlo en la cama.¡Sus posturas sexuales preferidas son las convencionales y nada de cosas demasiado atrevidas. Ahora bien, dicho lo dicho, son muy fogosos y apasionados.

Cómo conquistar a un Tauro

Compatibilidad sexual de los Tauro:

Con los Tauro los signos más compatibles son: Virgo y Capricornio por las ser signos de Tierra, son tan conservadores como ellos. Piscis y Escorpio, le llevan por las nbes porque le hacen cruzar puertas, que por si mismos no lo harían.